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viernes, 23 de marzo de 2012

Las Albercas

Mi primo hermano Poncho ya tiene lista la alberca para que toda la familia se eche sus chapuzones durante estos calorones, a mí, y no quiero ser mamón, nunca me han gustado las albercas públicas, ni siquiera las de los hoteles cinco estrellas, que, dicho sea de paso, aquí en el pueblo globero no hay ni uno solo decente, antes, muy antes, mi amiga Mónica González Teneyuque, que no es rica, pero siempre se ha dado sus gustos, me invitaba a disfrutar del chapoteadero del hotel Hacienda, naturalmente, que yo jamás me mojé ni los dedos gordos de los pies, y es que, no sé si sea una enfermedad sicológica, pero nunca aprendí a nadar, amén de que odio las muchedumbres, solamente que desde que se fue a vivir a Laredo, Texas, se terminaron las visitas a esos lugares a los que solíamos acudir para refrescarnos el cuerpo y airarnos el alma, este grato recuerdo de mi queridísima hermanita pequeña, a la que amo con todas las entretelas de mi corazón, me vino a la memoria, porque me acabo de enterar que el ayuntamiento va a abrir al público las albercas de la ciudad, conste que no quiero ofender a los altos funcionarios, pero la alberca que está muy fea, o al menos, así lucía el año pasado, es la Margarita Maza de Juárez, esa que tiene el agua sucia y en la que los huercos parecen sapitos en el lodo, también es cierto que cobran veinte pesos, pero en estos casos en particular, de lugares de diversión para las familias paisanas, deberían de darle una manita de gato, no, nunca, he ido a dicha piscina, pero al pasar por ahí, es inevitable haberme percatado de las pésimas condiciones de dicho balneario, ojalá que nuestro alcalde Benjamín haga algo al respecto, por cierto, la plaza Miada, antes Libertad, amaneció el miércoles tapizado de publicidad del trienio actual, no digo, no, que la quiten, pero ya que se han molestado en venir a ver el parquecito, ojalá que hayan tomado en cuenta que hacen falta los baños, ya sé, que chingo mucho con eso de los servicios, pero, es que, miren ustedes, queridos lectores, las instalaciones son muy bonitas, los juegos están bien flamantitos, así como también las palapas con sus asadores, pero en siendo un lugar al que acude la gente del barrio y de otras colonias de la ciudad a asar un huesito y echarse sus cervezas, pues en algún rinconcito tendrán que hacer sus necesidades fisiológicas, y es que, si los asistentes comen y beben, bueno, pistean más de lo que comen, esos espumosos líquidos así como entran al organismo, tienen, por fuerza que salir, a no ser, que todos lleven sus bolsitas de diálisis peritoneal, o se pongan pañales desechables, esos que usan los viejitos incontinentes y las ancianas cagonas, perdónenme la terquedad, pero ya saben que soy un cadillo en medio de las nalgas, en fin, que la primavera ya se nos vino encima, y todos y todas, como anunciaba el inolvidable Fox, andan con los ojos saltones como si los hubiera violado un negro de dos metros, antes de finalizar la presente columna sabatina quiero saludar cariñosamente a mi tío Jesús (Yuca) Tovar y a su guapa esposa Laura Villarreal, quien es mi tía favorita, a la que tengo que presumir como la mujer qué hace las mejores tortillas de harina del pueblo y sus alrededores, y como ambos han estado visitándonos continuamente, pues hemos abusado de la confianza y del afecto que nuestra sacrosanta parienta nos ha dispensando desde siempre para pedirle que nos palotee sus tortillotas que son un verdadero prodigio, ya le he dicho que deberíamos de poner un local y empaquetarlas para venderlas a los mejores restaurantes, porque las tía Rosa son una verdadera bazofia y las Mendoza no que sean malas, pero son tan chiquitas que no sirven ni para una muela, como colofón de esta Guillotina, un aviso pertinente: tengan cuidado este sábado, si toman no manejen, y si toman 

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