Yo no sé porqué chingaos les asombra tanto, si, siempre ha
sido así, resulta que Juan Francisco Arias un achichincle con ínfulas, o sea,
un gato de angora del alcalde de la ciudad de Oaxaca de Juárez, fue exhibido en
toda su prepotencia en un video que unos cábulas subieron a Youtube, y claro,
que los integrantes del club de la mano negra, nomás le hicieron el mal al
pobre borrachito que se le ha de haber hecho fácil andar cagoteando a los
policías municipales, por supuesto que los espectadores, indignados y cabrones,
empezaron a echarle pestes al funcionario que, al día siguiente, bien crudo,
salió a dar la cara ante los medios difusores de noticias para avisar que había
renunciado a su puesto, por supuesto, que nadie le creyó, si esos cargos
lambiscones, son indispensables para los poderosos en turno, porque en esas
instancias, aunque sea un pueblito pinchurriento como ese globero pueblo, los
empoderados políticos, necesitan su comparsa para que les digan que son
grandiosos, aunque nomás sean unos chompiras con suerte, así que, seguramente, al
rato, estará de nuevo en su cargo, con este caso, me acordé de que un día, en
un lejano municipio de este Laredo de todos mis quereres, para taparle el ojo
al macho, una funcionaria de altos vuelos, que, en sus buenas carnes, fue amante
de un nepotico dictadorzuelo de un solar tierrero, anunció que haría una
revisión exhaustiva de los empleados al servicio de la ciudadanía, a los que se
les conoce en español antiguo como: “burocratus huevonus”, y es que, en un periodicazo,
un envidioso, que nunca faltan en esas esferas intelectuales de sesudos analistas
que muy apenas cursaron la primaria completa, denunció valientemente que en los
pasillos de la presidencia municipal, habían muchos cabrones que cobraban un sueldazo por no hacer nada,
para colmo de su buena suerte, la gorda inquisidora, llegó hasta una de esas
raras avis, y le preguntó: ¿Y usted a qué se dedica en esta patriótica dependencia?,
un malora, de esos que nunca faltan, gritó a lo lejos: “ESE ES UN LAMBEGÜEVOS”,
la rubicunda dama volteó a ver al que lo había balconeado, y culebra, lo
cuestionó: “¿Y usted qué hace?”, el otro, a sabiendas de que no hacía nada más
que andarse paseando, le reviró: “Yo le ayudo a él”, esa anécdota está inscrita
en letras de oro en los anales de la historia de esa ciudad que no es éste
puerto fronterizo, y lo aclaro para que luego no vayan a meterme en líos, que a
mí, lo confieso sin pudor alguno, sí me han dado sobrecito blanco con los 50
pesos y un vale de gasolina, pero yo, como siempre he sido muy decente, lo he regalado
a obras benéficas para ayudar a las familias pobres de la colonia Madero, antes
de que se me acabe el espacio, y como lo prometido es deuda, les acabaré de
relatar la historia de la fuga de “El Coqueto”, que se escapó, no, como decían
los redactores cursis de antaño en la nota roja, “aprovechando las sombras
largas de la negra noche que lo cobijaron para lograr su huida”, sino a plena
luz del día, supongo que, don Alfredo Castillo Cervantes habilidoso procurador mexiquense,
ya ha de haber girado las pertinentes ordenes de aprehensión a los policías Luis
Alberto Cañedo Chaparro, Saúl Antonio Sánchez Ortega y Rodrigo Israel Rodríguez
Hernández que estaban a cargo de la custodia del imputado, y es que, a
sabiendas de que lo ayudaron a escapar, también ellos se dieron a la fuga,
hasta estos momentos en que redacto la presente columna dominical, se desconoce
si se fueron todos juntos en el microbús del multiasesino, sólo espero que no
los vaya a violar también a ellos, digo, si pudo escabullirse de las vigiladas ergástulas,
debe tener poderes especiales para evaporarse como el famoso Vampiro
Fronterizo, en fin, este es un asombroso caso para El Araña, y claro, como ya
es mi costumbre, les prometo, queridos lectores, que estaré pendiente de las
novedades que surjan de las acuciosas investigaciones de la policía mexiquense que
siempre está en vigilia.
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