Nunca he estado de acuerdo en que se ataquen a las personas
por sus preferencias sexuales, digo, a mí, ultimadamente me viene valiendo
madre lo que cada quien haga con su propia vida, si no soy un nazi radical, y fíjense
ustedes por qué razón, lo digo como lo digo, queridos lectores, resulta que
acaban de lapidar a un joven homosexual chileno por el mero hecho de vivir como
había vivido, es monstruoso, que a estas alturas del siglo veintiuno, todavía haya
cristianos que odien a los que no sean o piensen como ellos, eso es lo que
precisamente le argüí al Pbro. Juan Manuel Aguilar, que es un crimen de lesa humanidad,
que los príncipes de la iglesia, lancen injurias públicas a los gays, ya que,
digan lo que digan, esa es una manera de azuzar a la perrada para que los
segreguen como si no fueran tan hijo de Dios como ellos, Daniel Zamudio tenía
25 años, y lo asesinaron lanzándole una piedra grande encima del abdomen, pero
además con armas punzocortantes le escribieron sobre su piel, estigmas nazis,
ya sé, si no soy tan cerrado de mente, que no lo dicen abiertamente, pero entrelíneas
se alcanza a leer, que hay indulgencias plenarias para los que repudien a los
homosexuales, en fin, espero que pronto atrapen a los responsables y los
castiguen con rigor ejemplar para que nadie se atreva a matar un homosexual
más, por cierto, hablando de los derechos humanos, los legisladores del D. F,
acaban de dar uno de esos garbanzos de a libra que nos hacía mucha falta en
nuestras leyes, y es que, acaban de aprobar por unanimidad, la ley de donaciones
para los difuntos que no firmaron el papelito de aceptación como donador de
órganos, es decir, se asume, que si no dijeron que si, tampoco dijeron que no, La propuesta aprobada por unanimidad prevé dos
tipos de donaciones: la primera mediante consentimiento expreso y la segunda
por consentimiento tácito. En la segunda opción se estableció que la donación
de órganos y tejidos sólo se aplicará cuando se confirme la pérdida de la vida
del disponente y sólo podrán extraerse cuando se requieran para fines de
trasplante, esa noticia ha sido la mejor que he recibido en los años recientes,
y es que, seguramente se han de acordar, asiduos fans, que mi hermano Víctor
Manuel le regaló uno de sus dos sanísimos riñones a mi hermana Ana Lilia para
que se levantara a vivir, así que, gracias a esa legislación se van a salvar
muchas vidas, aunque espero que no sean tan pachorros los funcionarios de medio
pelo que le hagan mucho de tos, o sea, que pongan muchas trabas para otorgar un
órgano a los miles de mexicanos que están en lista de espera, tratando de
librar cuantos antes los desgastantes procesos de diálisis, perdonen el exceso
de confianza que les tengo, pero esta nota es como para enmarcarla, porque
nadie tiene la vida comprada, y no se sabe cuando habremos de necesitar un
órgano para volver a vivir, tampoco quiero parecer como la Cruz Roja que se
presenta con su horrenda doble cara ante la sociedad mexicana; por una parte es
una pía asociación de ayuda humanitaria, pero cuando se trata de agenciarse
dinero por sus instalaciones médicas de urgencias, se transforman en mercenarios
de la medicina al lucrar con el dolor humano, y lo dicen con todas sus letras: “si
no traes cinco mil pesos no te podemos internar”, lo que me asustaría muchísimo,
es que, nuestras autoridades otorgaran el poder a la otrora benemérita, de
elegir a las personas para ser receptoras del regalo de un órgano, porque son
capaces de venderlos, si a mí, me pidieran opinión al respecto, no dudaría en
recomendarles al IMSS, ya que, a pesar de todos sus problemas de organización,
es la mejor de todas las instituciones de salud pública en nuestro país, esta
es una ley tan importante, que tendríamos que salir todos a festejar jubilosamente,
porque cambiará muchas vidas que en este momento están en una dolorosa pausa
para recibir el órgano que los pondrá de nuevo a vivir.
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