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jueves, 22 de septiembre de 2011

Matrimonio Gay en el US Army


Los gays del ejército gringo ya se habían tardado en matrimoniarse, si los auspiciados por Marcelo Ebrard, se unieron por todas las de la ley, estos, que se supone son del primer mundo, con mayor educación y bien comidos, se estaban quedando rezagados, total, si lo sabe Dios que lo sepa el mundo, finalmente, aunque muchos opinen lo contrario, la hombría no se menoscaba por las preferencias sexuales, ni modo, que si a John Smith le encanta agacharse a recoger las monedas del suelo sin doblar las rodillas, a la hora de los pelotazos con el ejército enemigo, se le frunza el yunou y salga corriendo para pedir refuerzos, a mi no me consta, pero si los acuartelan dos meses, ni modo que no les den ganas de echarse un “rompecatres” con cualquiera de la compañía, pero eso podría ocurrir, y ocurre, en cualquier batallón, dicen las malas lenguas, que muchos miembros del meksican army, andan pululando por el centro de la ciudad, precisamente en el Gusano, bar al que no entre ningún machín por miedo a quedarse hasta el amanecer,  pero ahora no se trata de echarle muletas a nadie, que al fin y al cabo, eso de las joterías es más viejo que la roña, si en tiempos de los grande pensadores griegos, a Sócrates, lo acusaron de que se llevaba a los chamacos a dar vueltas y vueltas, dizque para transmitirles sus conocimientos, y en uno de tantos volteones, les enseñaba unos perritos, de hecho, eso fue lo que lo llevó a la muerte, que en esa época, era muy penado que les gustara lo mismo que a Juan Gabriel, y al sabio griego, lo condenaron a muerte con cicuta, y eso que, el metiche de Querefonte, se apersonó ante el oráculo de Delfos, y no sé, si fue a Sibila, la primera pitonisa de dicho recinto, a la que le preguntó qué quién era el hombre más sabio de Grecia, pero la adivina le contestó que, sin duda, Sócrates, era el más fregón de todos, pues ni por esa razón, le perdonaron la vida al filosofo, lo mejor de todo, es que con eso de los derechos humanos, no hay posibilidad alguna que ningún gay se sienta amenazado en su integridad física, emocional o moral, en 1993, había una ley en el army, que rezaba: “no te preguntan, no lo digas”, pero si alguno de ellos, en las filas o en su vida privada, anunciaba públicamente su orientación homosexual, inmediatamente era dado de baja, sin oportunidad de defenderse de ninguna manera, era como firmar su renuncia voluntaria, lo peor del asunto, no era que se quedaran fuera del ejército, sino que, les quitaban todos los derechos de antigüedad que hubiesen adquirido a través del tiempo de servicio a la nación,  pues, al derogarse dicha ley, el teniente de la Marina Gary Ross se convirtió en el primer militar estadounidense unido por matrimonio a una persona de su mismo sexo, y se casó con el civil Dan Swezy, su pareja desde hace once años, la boda la ofició el juez de paz Greg Trulson en la cabaña de la Logia Moose Meadow, en Duxbury, unos 25 kilómetros al noroeste de Montpelier, Ross, de 33 años, y Dan Swezy, de 49, que son pareja desde hace once años, viajaron desde Tucson (Arizona) hasta Vermont, uno de los seis estados de E.U donde es legal el casamiento de personas del mismo sexo, el teniente Ross, quien lució uniforme de gala, declaró visiblemente emocionado: "Fue una ceremonia hermosa", la verdad, no sé si sirvieron mole con arrocito, pero el menú es lo de menos, aunque hubieran servido Taco Bell que es espantoso, lo realmente conmovedor, es que, por fin, se haya hecho oficial que los soldados gays también tienen su corazoncito, y que, como todas las parejas enamoradas, quieren tener todos los derechos ante la sociedad y que el estado se haga cargo de ellos como una familia plena y feliz, esta nota, entra perfecto en la sección Gala, ya que, aunque sui generis, es la crónica de una boda con todo y luna de miel, felicidades a los recién casados y a ustedes, queridos lectores, les deseo que pasen un domingo familiar a toda madre. Ya dije. 

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