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miércoles, 7 de septiembre de 2011

Ebrard corrió a Martí Batres

Martí Batres es la noticia de ocho al momento en que redacto la presente columna, ya les había comentado, asiduos fans, así como de refilón, en La Guillotina del jueves, que Marcelo Ebrard lo había echado de su puesto de jefe de Desarrollo Social del Distrito Federal, lo raro en todo el margayate que se traen estos zurdos, es que, el más perjudicado del asunto, es, sin duda, el dizque mejor alcalde del mundo, a menos de que sea un capítulo más de una novela estelarizada por Andrés Manuel, es que, todo se puede esperar de estos, que con tal de treparse al poder, son capaces de cualquier villanía actuada, lo que sí es seguro, es que Batres se va a lanzar como candidato al Gobierno del Distrito Federal, porque con su chamba proselitista de funcionario obsequioso al repartir despensas y colchas a los viejitos y pañales a las madres solteras, con eso, les aseguro, tiene ganada la jefatura, lo que ha hecho Ebrard, en estas escenas de dimes y diretes, es darle el espaldarazo político y mediático a su colaborador más cercano, lo que ha sorprendido a todos en Twitter es la calmada actitud del presidente legítimo de México, quien, por cierto, estuvo de visita en nuestro globero pueblo, pero como yo andaba en el agua, pues ni modo que me hubiera ido a echarle porras y vivas al tabasqueño que habla como si trajera un chicle derretido en el paladar, de hecho, la que, se ha convertido en su vocera oficial, es decir, Carmen Aristegui, le preguntó qué le parecía el despido de Batres, y con ese acento inconfundible como si hubiera comido chamoy todo el día, el Peje le respondió a la inteligente comunicadora: “es irrelevante”, dicen, los intelectuales de izquierda que tuitean todo el día, que no fue en contra de Batres, sino en contra de López Obrador, incluso, van más allá, al asegurar que AMLO, en su momento, le pidió a su carnal Marcelo como un favor especial que pusiera a su compadre en ese puesto clave, y hablando del rey de Roma, el que salió a defenderse a la tarima pública fue el propio Ebrard, quien dijo: “Hay secretarios con diferentes posiciones, todos son escuchados, todos son respetados. Yo a nadie le he pedido que sea incondicional, lo que sí se tiene que pedir, exigir y demandar es que haya respeto mutuo y si no estás de acuerdo o no tienes la convicción de que quien dirige el gobierno al que perteneces, en donde estás trabajando tiene la autoridad política y moral para hacerlo, pues lo que tienes que hacer es retirarte”, y es que, Batres, anduvo de boquiflojo diciendo que por qué don Marcelo había saludado al presidente Calderón, o sea todo un chisme de quinto barrio, lo bueno, para Batres y para los Lópezobradoristas, es que, si Batres, cómo es de esperarse, se lanza para el GDF de seguro va a ganar de calle, Ebrard tiene metidas las manos metidas en el proceso de selección de su sucesor en el GDF, pero con Martí como principal contrincante, no creo que sea tan fácil, acomodar en el corral del izquierderoa su gallo para la poderosa silla del gobierno de la ciudad capital, en fin, que esto se sigue poniendo mejor de lo que, ustedes, queridos lectores, y yo, habíamos siquiera imaginado, la verdad, considero que Marcelito tiene todavía muy buenas posibilidades de meterse a la grande, conste que no es albur, al menos, en teoría, aunque el Peje es el líder de todos los mitoteros zurdos, los partidos, en conclave político elegirán al candidato que esté mejor posicionado en ese momento en los gustos electorales de los ciudadanos, del despido de Batres, López Obrador destacó que "Martí es un muy buen dirigente, lo estimo, un compañero, una gente consecuente". Luego, dijo que "llevo una buena relación con Marcelo, quieren que nos dividamos. No me voy a pelear con Marcelo como quiere la mafia del poder. Es una decisión que ellos tomaron, una discrepancia, yo no me voy a meter".

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