Nunca como ahora, se ha visto tal índice de corrupción en
las escuelas gratuitas, si hasta parece que no hay reglas claras en este empobrecido
país, no hay ninguna duda al respecto, en el asunto de la educación la única
ley proviene del despacho de la máistra Elba Esther Gordillo, tal vez, ustedes,
queridos lectores, no se acuerden de las anteriores columnas en las que me he
referido al nulo apoyo económico de parte de los funcionarios encargados del
rubro financiero que provee de dinero fresco a los planteles, no sé de cierto,
pero supongo que, estos buenos para nada, en lugar de mandar una partida grande
que alcance para adquirir lo necesario para el mantenimiento general de los
edificios, es decir, no se trata nada más de regalar los libros de texto o
algunos útiles a principios del año escolar, sino que, como es natural, en
cualquier edificio de uso diario, se hace urgente darle una manita de gato de
vez en cuando, lo de la gratuidad es una falacia, o sea una mentira de toda
falsedad, y ahora, con profunda pena, me he enterado que no es que les cobren
una cuota voluntaria a huevo, sino que, todo el ciclo les endilgan boletos de
rifas o de bingos, cuando no es una cosa es otra, total que los padres de
familia, que bastante se chingan toda la semana para sacar adelante a sus
huercos, tienen que desembolsar sus centavos para comprar lo que les ofrecen
los pobresores, de ese tema, el profesor Arnulfo Alonso, me envió un comentario
a mi domicilio electrónico, el que transcribiré íntegro y sin cambiarle una
coma, además de su opinión, también me adjunto varios documentos, que, la
verdad, no he tenido cabeza para asomarme a leerlos, pero mañana, a primera
hora los leeré para hacer una columna a ese respecto, por otra parte, quiero
agradecer todos sus correos electrónicos, digo, que no son 500, pero estando en
México que nadie lee ni escribe, pues cinco recaditos que me han mandado son
bastantes y significan que no todo está podrido en Dinamarca. Enseguida las
palabras del profesor Arnulfo Alonso.
ESTIMADO FERNANDO: Leí con interés tus comentarios sobre los
abusos e irregularidades cometidos por el amafiamiento entre directivos de
asociaciones de padres de familia y directores de algunas escuelas.
Indudablemente que el condicionar el ingreso de los niños y jóvenes son
violatorios del carácter gratuito de la educación pública en México, aunque no
menos cierto es el hecho incontrovertible de que sin la cooperación de los
padres de familia, nuestras escuelas se caerían a pedazos por la falta de
mantenimiento. La cuestión pues es conciliar el derecho constitucional a la
gratuidad y la necesidad de conservar materialmente nuestros planteles
educativos. En el Movimiento Democrático Nuevo Sindicalismo (expresión sindical
a la que pertenezco) tenemos la convicción de que es necesario legislar al
respecto, para en primer término obligar al cumplimiento de la norma constitucional,
castigando con cárcel a quienes violenten el derecho de nuestra niñez y
juventud a gozar de una educación gratuita, pero también para transparentar los
recursos aportados por los padres de familia, obligando a la rendición de
cuentas a directores de escuelas y directivos de asociaciones, castigando con
prisión sin derecho a fianza a quienes violenten la confianza de la sociedad.
Te anexo al presente algunas de las propuestas que de manera reiterada hemos
presentado en congreso, foros, etc., ante secretarios de educación, diputados
locales y federales. Comparto tu indignación y por ello te aseguro que
redoblaremos esfuerzos por tratar de conseguir que se den las adecuaciones
legales y penales pertinentes, para que se castigue ejemplarmente a aquellos malos
maestros que abusan de su posición para impedir que nuestros alumnos gocen
cabalmente de su derecho a la educación. Me despido de ti con un fuerte abrazo,
no sin antes reiterarme como tu S. S. Arnulfo Alonso.
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