Los Focos

Los focos incandescentes están a punto de apagarse para siempre, y es que, nuestros desfasados funcionarios panistas con Calderón a la cabeza, apenas acaban de darse cuenta que dichos objetos son un atentado contra la ecología, miren, ustedes, queridos lectores, el otro día estaba de visita en el hogar de mi primo Poncho atendiendo una afectuosa invitación a cenar, y mientras esperaba a que aderezaran las viandas, todo el tiempo permanecí en la barrita de la cantina, en ese acogedor sitio, disfruté mi estancia en la casa, un tanto por la variedad de vinos y licores que guardaba, y otro, por el placentero clima que ahí se disfrutaba, a la hora de pasar a la mesa del comedor, empezó el suplicio, y es que en ese lugar, sobre las cabezas de los comensales, descansaba suspendida una moderna lámpara con cuatro focos de cien watts cada uno, así que, de inmediato empecé a sentir que mis pelos chinos cubiertos por una espesa capa de gel se enroscaban al contacto de la irradiación del calor de semejante fuente eléctrica, la verdad, para obtener el dato exacto de la exposición, tendría que preguntarle a un especialista científico, lo que es un hecho, es que, en el mismo contexto habitacional, solamente al cambiar de orientación en un radio de cuatro metros cuadrados, el clima cambió radicalmente, sin embargo, a pesar de la incómoda atmósfera, me aguanté toda la tertulia, fue entonces, que le sugerí a mi sobrina Karen, que comprara focos de luz fría, no sé, si el término sea correcto, pero así le dije, tampoco quiero presumir de que soy un avezado ecologista, sí así fuera, me dedicaría a regresar al mar a muchos cachalotes que andan en las oficinas de la presidencia municipal, con más carne que una vaca en pleno stand ganadero de Expomex, lo que ocurre, es que en mi cuarto de dos por dos, tengo un airecito acondicionado que no daba abasto para refrescarlo durante el día, y mi tía Chole, que ya no está sola, (ya sé que es un mal chiste, pero tenía que decirlo) porque la acompaña don Agapito, me recomendó que usara los foquitos ahorradores, nomás que siendo como es, media agarrada con los centavos, me advirtió: “son muy caros, pero te duran dos años”, a lo que voy, asiduos fans, es que, aunque parezca asunto de milagrería, este invento del hombre blanco, bueno, en realidad no es del hombre gringo llamado Tomás Alba Edison, ese, es como el filósofo de cómo se llame la región de dónde proviene, que se agencia lo hecho por otros, sino de otros varios que lo registraron antes, pero ese no es el tema, que al fin y al cabo ya esos focos que iluminan mal y calientan mucho, van a desaparecer del mapa, y es que, según los duchos en el asunto, sólo dan luz un 15 por ciento y el otro 85 no sirve para una chingada, a la mentada bombilla eléctrica le da por arder un sesenta por ciento y el otro veinticinco por emitir rayos que no alumbran (esa frase parece buena para una canción de Arjona), el presidente Calderón ha arrancado con ese programa llamado: Luz Sustentable en el que pretende regalar cuatro focos ahorradores por familia, pero tengo que avisarle a don Felipe, que eso mismo hizo nuestro gobernador Eugenio y los pinches focos duraron dos días y tronaron como cucaracha en medio de una fiesta de ejido, así que no se le vaya a ocurrir hacer lo mismo, por favor, que los focos sean de calidad, y no de esos que las compañías chafas entregan a los gobiernos a cambio de una factura deducible de impuestos, si es así, no cuenten conmigo, prefiero ir a comprarlos a Home Depot que son muy caros pero por lo menos duran varios años. Ya dije.