Chago Creel quiere el voto del presidente

Santiago Creel anda declarando que quiere el voto del presidente, ya que, como bien es sabido por todos, el padre de la hija ilegítima de la “Aventurera” Edith González, que tuvo otras mejores épocas, no es el candidato favorito de Felipe Calderón, y es que, en tiempos de Fox, el secretario de gobernación, agandalló las preferencias de los dueños de Los Pinos en aquella aciaga época de nuestra pauperizada nación, nada más que don Felipe vivillo desde chiquillo, dio machetazo a caballo de espadas al destaparse prematuramente con la ayuda de su compadre Francisco Ramírez Acuña, entonces gobernador de Jalisco, lo raro del asunto, es que, con la licencia que Creel ha pedido para abandonar su puesto en el senado, don Gustavo Madero presidente del partido, ha interpelado, a él y a todos los demás azulitos, advirtiéndoles que tendrán que esperar los tiempos adecuados para lanzar sus respectivas campañas, me acuerdo que, en aquel infame mes de mayo del 2006, Calderón, entonces secretario de Energía, no dijo ni sí ni no, pero subrayó que se sentía muy honrado por la deferencia de sus correligionarios y poniendo la mano sobre la biblia, declaró que haría todo lo que estuviera a su alcance para que, si por caprichos del veleidoso destino llegaba a sentarse en la poderosa silla, otorgarles bienestar a todos los mexicanos, bueno, casi prometió que rebajaría los impuestos, lo siguiente fue lo que dijo al cantinflear sobre su presunta postulación presidencial: "Contrario a lo que muchos quisieran esto que les acabo de decir no implica ni claudicación, ni renuncia, ni negativa a ningún propósito legítimo futuro ha llegado la hora de iniciar la construcción de un gran proyecto que permita refrendar el paso histórico dado en el año 2000l", pero mientras los panistas andan en la arrebatinga por la sucesión azul del 2012, el chileno Arturo Valenzuela, a punto de dejar el cargo de subsecretario de Estado para el hemisferio, le ha otorgado el espaldarazo al tricolor, augurando que es muy posible que un candidato priista recupere la presidencia: "Yo francamente veo renovación en el PRI. Veo sectores nuevos. Veo gente nueva. Se ha hecho un enorme esfuerzo por tratar de modernizar al partido”, también advirtió que gane quien gane las elecciones presidenciales del 2012, no habrá grandes cambios en la relación bilateral, es decir, entre los dos países, porque con eso de que los analistas políticos le echan mucha crema a sus tacos, han inventado neologismos técnicos que sirven nada más para adornar sus textos y confundir a sus posibles lectores, por cierto, Santiago Creel, candoroso, además de pedirle su voto, le ha enviado una solicitud a don Felipe Calderón para que trabajen juntos, y ganar así, la presidencia del país en el 2012, o sea, el senador panista, todavía ve la tempestad y no se hinca, en lugar de dedicarse a legislar que para eso le están pagando un dineral, amén de las canonjías y prebendas que de su alta investidura emanan, don Chago ya está igualito de terco, obcecado y voluntarioso que López Obrador, a veces, como dice mi tío Pánfilo, uno no sabe ni qué pensar con esta runfla de políticos que se sirven de sus funciones para prodigarse su propio beneficio y premiar a sus compadres cómplices, no conforme con nominarse para la presidencia por el PAN, afrentoso y seguro de sí mismo, Creel ha declarado que en su partido solamente, además de él, hay dos candidatos fuertes; Ernesto “El Seis Mil Pesos” Cordero actual secretario de Hacienda y Chepinita Vázquez Mota, además, conminó a sus adversarios hacia el interior del blanquiazul a que renuncien de una vez a sus puestos para hacer campaña desde ahora, todo esto, para que empiecen a debatir acerca de los temas importantes de nuestro país, a lo mejor no se ha dado cuenta que el día del partido de la sub 17 en el estadio Azteca, los cien mil espectadores le gritaron de todo al presidente Calderón, como en aquel histórico abucheo a Miguel de la Madrid, en el que el pueblo le propinó una rechifla acompañada de un lero lero, anteponiéndole la sílaba CU. En esta ocasión a Calderón no le fue tan mal como a don Miguel.