Bueno ya ni los galanes famosos se salvan de andar en líos de faldas, resulta que al actor cubano, que ni actor es, lo traen en un margayate sexual, quesque porque obligó a una adolescente de 17 años a hacerle el sexo oral, yo siempre he dicho que hablar explícitamente de sexo no puede ser considerado un delito, pero ya me explicó mi tía Ninfa Mónica que eso tiene otra connotación, y cuando me enteré casi me caigo pa’tras como los monitos de los comics, o sea, como puede ser que una niña de esa edad, diga que “la obligó”, si a estas alturas del partido, nadie obliga a nadie a algo que no quiera hacer, y menos, cuando se trata de asuntos de dicha índole, okei, demos en suponer que William Levi la invitó a su cuarto y que ya ahí le dio un autógrafo, pero ni modo que de plano la tomara por el pescuello y le ordenara que se bajara por los chescos, o sea, me opongo rotundamente a darle credibilidad a la huerquilla calenturienta, esta tipa está igual que las señoritas mustias que cuando entran al cuarto del Motel, se sientan en la orillita de la cama y tímidamente, con ojos como de huevo cocido, le preguntan al garañón que las condujo hasta el tálamo piojento: “para qué me trajiste aquí”, el semental en cuestión, de seguro le han de dar ganas de contestarle: “pues ni modo que a ver películas grandísima pendeja y vete quitando los calzones que el tiempo va corriendo y tengo que regresar a mi casa muy temprano porque si no se me arma con la leona de mi vieja”, en cambio, le dice: “perdóname si te ofendí, pero quería que estuviéramos juntos para demostrarte todo el amor que siento por ti”, y así, todas las viejas caen, porque aunque se hagan que la virgen les habla, claro que entienden que ese olorcito como de queso viejo de la atmósfera de la habitación no es precisamente del chisporroteo de las velas de la capilla de la Inmaculada Concepción, pero bueno, ya se sabe que todo forma parte del cortejo para prometer y prometer y pro… meter.
Dicen que el ataque sexual a una tal Karla Álvarez fue en julio de este año, precisamente en Los Ángeles, California, mientras el actor estaba en negociaciones para una nueva telenovela y la demanda interpuesta por la menor y la soflamera de la madre, está estipulada en un monto de dos millones y medio de dólares como compensación del daño moral causado, francamente es absurdo que se pueda acusar a alguien sin pruebas fehacientes nada más por la palabra de la chiquilla, que si se fue a meter al cuarto del actor pues sabía que estaba pavimentando caminos sexuales, esta niña está igual que una señorita de nuestra sociedad porteña que se fugó con el novio, y su padre para lavar la afrenta de que un hombre manchara su honor y el de su familia, la obligó a denunciarlo como corruptor sexual y así apareció en El Diario que era entonces el periódico de mayor circulación y yo lo pude leer porque me metía a los prontuarios de esa época, cuando en el Ministerio Público le preguntaron: “La violó, el joven fulano de tal la violó”, la susodicha contestó: “Si me violó, pero con tiernas caricias y dulces palabras de amor”, pero no publicaré el nombre de la interfecta porque ahora es una dama de altísimo pedorraje y no se vaya a encabronar conmigo su hijo que ahora es un político muy popular,
En la demanda A William Levi se afirma además que la dignidad de la joven "fue asaltada y violada", y que ella se sintió humillada y degradada y que ello ha generado episodios constantes de ansiedad, temor, ataques de pánico y estrés mental.
"La conducta del demandado fue intencional, atroz, maliciosa, opresiva y perpetrada con la intención de causarle a la demandante humillación, vergüenza, angustia mental y mucho estrés emocional y físico. La demandante cree que estuvo en riesgo de ser violada y de hecho, fue forzada por estrangulación, para copular oralmente con el demandado", señala la revista. Lo que hay que ve en estos tiempos que corren en los programas de cotilleo de la farándula. Ya no hay temor de Dios ni de su santísima prole.
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