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domingo, 15 de agosto de 2010

Flacas calacas

La aberrante moda de las buenas para nada de las celebridades, tendrá que terminarse muy pronto porque ya todas tienen cuerpos de hormigas chacatonas, y es que, con tal de verse esqueléticas, estas famosas comen 20 gramos de lechuga, dos tiritas de pechuga de pollo, cuatro granos de arroz y dos garrafones de agua El Chorrito Norteño, y así no puede sobrevivir ni un hamster, digo, está bien que se quieran ver delgadas, si en eso no hay nada de malo, pero una cosa es estar a la línea, y otra, muy distinta andar con las jetas blancas de hambre, con la tripa rumbando y con antojo de todo, ya que por más fuerza de voluntad que tengan, ninguna de estas populares luminarias, puede quedar exenta de las tentaciones apetitosas que se pasean trepadas en las charolas de los eventos a los que asisten con la desfalleciente representación de la generación muerta de hambre que a costa de lo que sea, incluso de su vida, quieren ser las más flacas de todas.
No es obligatorio que conozcan a todas las artistas de la farándula mundial, pero de seguro habrán oído hablar de Britney Spears (Britni Espirs), pues a la llamada princesa del Pop, texana para mayores señas, se le nota el costillar completo de tan jodida que está, ya se sabe que la famosa cantante ha pasado de todo en su azarosa vida, además de ser bipolar, es adicta a cuanta droga se le atraviesa, esta es de las que se desayunan un coctelito completo de cafiaspirinas, una jarra de curado de apio y dos ristras de tafiles para apaciguar los nervios, según los paparazis encargados de andar vigilándola con cámara en mano, la súper estrella estadounidense casi no prueba bocado en todo el día, lo que la mantiene activa para realizar sus múltiples tareas, es ese shot combinado de vitaminas y estimulantes químicos que la ayudan a que le suba el agua al tinaco.
Otra de las que están más flacas que un cabrito de rancho seco es Nicole Richie la otrora mejor amiga de Paris Hilton, que también es de las que ha sido de todo y sin medida, pero ahora si ya se le fue la mano, espero que mi editor Jhio publique esas fotos de las patéticas artistas para que ustedes las vean, asiduos fans, porque francamente ya se pasaron de secas, y es que estás cuentan las calorías de los alimentos, pero no las de los cocteles que se empujan en los antros, claro que eso es más viejo que la roña, desde los tiempos dorados del cine, cuando ni siquiera eran populares las drogas de diseñador, esas que dan pa’rriba, luego pa’los lados, ya había mujeres bellas que se la pasaban bien lurias, aunque estas comían mejor, porque antes no les importaba lucir sus redondeces bien puestas.
Del lado mexicano también se cuecen habas, han visto a Belinda que parece la calaca rumbera o a Paulina Rubio que tiene menos carne que un perrito chihuahueño, y eso, que está embarazada, o a la otra, que guapa si es, pero está casi transparente de lo flaca que está, y me refiero a Anahí a la que ya se le acusó de ser anoréxica aunque ella lo ha negado reiteradamente cada vez que alguien aborda el tema, la verdad es que eso de no comer para no engordar ni un gramo más de los 38 kilos, se ha vuelto una peligrosa carrera contra la muerte, y conste que no estoy exagerando, es cosa de fijarse en el cuerpecito y en la cabezota que se cargan, porque la calavera no les puede adelgazar por más dietas que hagan, a menos de que un cirujano plástico les lime la chompa con esos aparatos milagrosos que usan para esculpir hermosura donde antes había fealdad, en fin, yo me quedé asombrado de estas flacuras, luego porque se enferman al filo de no salir vivas de la sala de cuidados intensivos, con eso de que la cámara las engorda 8 kilos, pues prefieren, literalmente, morirse de hambre, con tal de lucir espectaculares a la hora de aparecer ante las cámaras que las retratan en toda su agónica belleza.

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