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sábado, 28 de agosto de 2010

Paris marihuana

Lo que faltaba, ahora resulta que también a Paris Hilton le encanta andarse inyectando marihuana, aquí cabe insertar una de las jaculatorias favoritas de mi tía Sacramento del Altar: ¡Ya no hay temor de Dios! Y es que, tal parece que, a estas buenas para nada de las socialités como no tienen nada qué hacer más que andarse chuleando ante el espejo, pues les queda todo el tiempo para andar ideando perversiones cada vez mayores, pero a esta nunca le ha subido agua al tinaco, si antes se acuñó la frase de que las rubias eran tontas, la tal Paris defendiéndose, aclaró a un reporterillo de espectáculos: “No sólo las rubias somos tontas, también hay algunas trigueñas”, o sea es el colmo de la pendejez, de no haber nacido americana, de seguro habría sido gallega, porque solamente a ella se le pudo haber ocurrido decir semejante disparate ante las cámaras, bueno, también es cierto que para pintarse las uñas y vomitar no requiere demasiada inteligencia.
La historia es tan familiar, que todas parecen ser tomadas de cualquier noche de estas estrellitas, pues resulta que iba en su carro y los patrulleros celosos de su deber al ver que del interior salía un humo espeso, se acercaron a observar de cerca y cuál sería su sorpresa que ahí estaba Paris con los ojos como de bruja en pleno trance espiritual y al esculcarle el bolso, los policías le encontraron un polvo blanco al parecer cocaína, por supuesto que la llevaron a la barandilla, dicen que la socialité parecía muy divertida con el asunto, ya que estas niñas viven del escándalo y si hacen más ruido, pues les redunda en mayores ganancias económicas, claro que los paparazis que la siguen a todos lados a los que se asoma, se dieron gusto tomando sus placas para venderlas a precio de oro a los tabloides sensacionalistas que se alimentan de esos avatares que presentan con cabezas sugestivas para vender millones de ejemplares a los morbosos fans que quieren enterarse de cada paso que dan sus ídolos.
Paris salió a los pocos minutos de haber pisado la delegación, luego de que, su abogado depositó una fianza para que su defendida siguiera con su juerga de esa noche, por lo visto no es ninguna novedad para nadie que se le haya encontrado en posesión de la droga, porque tampoco se ha armado un revuelo alrededor del incidente, además, los periodistas especializados en la cacería de este tipo de información, le conocen cada pecado a la Hilton, casi puedo asegurar que es más lo que le tapan que lo que le publican, a esta se le nota a leguas de distancia que es de todo y sin medida, no sé si hará bien o mal, ahí sí que no me meto a juzgarla, yo sigo aquel consejo de mi tía Tencha, que decía en tono airado, cada quien con su cu… (piiipppp) puede hacer un papalote y echarlo a volar, pues, en efecto, así he actuado siempre ante las vidas ajenas, tampoco soy un entrometido en las circunstancias de nadie, y menos de la gente que no está a mi altura, porque siendo lo que soy, un cronista connotado no voy andar chismoseando de los demás, ultimadamente a mi me viene valiendo madre lo que hagan o dejen de hacer.
Hilton escribió en su Twitter: "Me voy a la cama. Dulces sueños para todos. Besitos, Paris" . y en eso acabó todo el borlote, en un mensajito muy tierno de la socialité que teniendo los millones que tiene, la fama de cabrona que se he ganado a pulso, tampoco se va a fijar en minucias como la ocurrida durante una de sus múltiples y repetidas francachelas, esta es de las que se fijan en las calorías que ingieren en los alimentos, pero nunca en las drogas que se meten, en fin, ya dije que no me meteré en las vidas que no me competen, de todas maneras, nadie me hace caso a los sabios consejos que otorgo, porque están demasiado inmersos chacualeando en sus propias vicisitudes que ni han de leer mi estupenda columna, y así ni cómo ayudarlos, tal vez si fueran más prudentes, con ganas de salir de sus arrogantes existencias, quizás me harían caso, pero ni modo que les haga manita de puerco o un tope en reversa como Pierrot, estoy seguro que Paris y las que son como ella, nunca cambiarán, así que tampoco me corto las venas si no lo hacen.

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