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lunes, 9 de agosto de 2010

Rubí

En el canal de “Telenovelas” he estado viendo “Rubí” con Bárbara Mori y ella está preciosa, no recuerdo bien el año en el que se grabó el melodrama, porque en esa época estaba viviendo en otra ciudad, y la verdad no me quedaba mucho tiempo para asomarme a la televisión, supongo que fue entre el 2000 y el 2004, pero bueno eso es lo de menos, lo que realmente importa es la trama abracadabrante de la historia, y es que la protagonista es una hermosísima mujer muy pobre, con una madre de esas de las que hay muchas, con honor y digno arrojo para sacar adelante a su familia sin el apoyo de un hombre, pues esta tal por cual, con malas artes se hace pasar por una rica y se codea con la alta sociedad y se hace amiga de una cojita que encarna una guapa actriz de nombre Jackie Bracamontes, pues a ella le quita a su prometido que es un millonario de esos que encienden cigarros con billetes de cien dólares, guapo, alto, el hombre ideal para las jovencitas fantasiosas que sueñan con el príncipe azul, para no hacerles el cuento largo, queridos lectores, la ambiciosa Rubí valiéndose de sus malas artes, de su extraordinaria belleza, logra embaucar al susodicho de tal manera que provoca el rompimiento de su promesa de amor, para unirse a él bajo el santo sacramento del matrimonio, y solamente para convertir en realidad sus sueños de grandeza, lo malo es que en el camino, daña al gran amor de su vida, un joven médico que queda deshecho por la traición de su amada, lo raro es que la interfecta a pesar de que logra sus perversos fines de casarse con el rico, jamás logra olvidar a Alejandro que personifica Eduardo Santamarina, o sea, como decía mi tía Crisanta, en el pecado llevó la penitencia, bien dice la poetisa, que en el amor hay razones que el corazón no entiende y el corazón es ciego, pero aún así, la ambiciosa Rubí renuncia al sentimiento para escalar posiciones económicas que disfruta gracias a los privilegios de los que goza; viajes, lujos, comodidades, comidas caras, atenciones, homenajes a su belleza, pero por dentro está vacía, ya sé que estoy siendo muy cursi, si tampoco me ciego, pero es que así ha habido muchas mujeres bellas en la historia de la humanidad que vendieron caro su amor para sentirse las heroínas de sus propias vidas, yo he conocido dramas parecidos en el globero pueblo, pero me callo los nombres, finalmente todos las conocemos, porque ni modo que una mujer 20 años más joven, más linda que ninguna, se enamore de un viejo con cara de estreñido y aliento de cenicero, o sea, no hay manera de que se pueda crear de que lo que la movió fue un sentimiento genuino, si ya se sabe que las féminas bellas tienen algo que vender y no es precisamente las joyas de la familia, sino algo que algunas traen entre manos y algunas en otras extremidades, pero como Rubí se quedan envueltas en oropeles, como señoras de gran sociedad, pero en el fondo se vuelven como esas lámparas de las galerías que nunca alumbran nada y siempre están llenas de moscos, claro que nos las critico si bastante castigo tienen con la vida que viven, además, lo hacen también por una buena causa, al menos eso es lo que dicen algunas, ya que sus familias disfrutan un poco de la tranquilidad de su buena suerte al cerrar el contrato de compraventa, porque de estar viviendo en la vil inopia, de pronto, por asunto de milagrería se convierten en ricos comerciantes gracias a los buenos oficios de la guapa parienta que tuvo el buen gusto de “cazarse” con un hombre rico como Rubí, aunque luego se dan cuenta que con el príncipe azul con el que se casaron, no es tan rico ni tan guapo, sino que hay otros que lo superan en todo sentidos, en fin, esto es más viejo que caminar para adelante tampoco hay delito que perseguir, si de esos matrimonios están llenos los grandes salones y los clubes, lo que pasa es que se me hizo muy curioso ver esa historia en la televisión. Ya dije.

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