Clínica 25 UMAE en Monterrey.

No sé ustedes, pero yo no le creo nada al poeta rebelde Javier Sicilia, y es que, al vate mexicano, nacido en 1956 en el regazo de la otrora región más transparente del aire, le ha dado por andar de viajero frecuente para confrontarse con los personajes más destacados del mundo, ahora resulta que don Javier está harto preocupado por nuestros paisanos indocumentados y fue a encarar al alguacil Arpaio de Maricopa, al que le dijo en un castellano nada poético: “usted trata a los mexicanos como perros”, por supuesto, que al polémico funcionario gringo, con justa razón, se le arriscó la nariz en franco desagrado, digo, si al escritor paisano, tanto le importan los derechos humanos, porque chingaos no se da una vueltecita por nuestras tierras norteñas, para desgarrarse las vestiduras y abrirse el pecho ante los malosos que asuelan nuestro páramo norteño, entonces, sólo entonces habré de creer en su indómito arrojo para pelear a favor de los desvalidos, y es que, no es lo mismo salir en los lambiscones noticieros de la tele, que exponer la vida en nuestras desoladas calles, además, le informo a Sicilia, que hay de perros a perros, porque al menos, la canina mascota familiar, que responde al nombre de Zimba, disfruta de una vida plena de comodidades, desayuna TiBons y cena latita de carne a las hierbas finas, lo que yo nunca he comprendido a cabalidad, son las razones de nuestros intelectuales de pacotilla, para no aprender inglés u otra lengua extranjera, si a esos, lo que les sobra es tiempo, ni modo, que pergeñar dos o tres cuartillas diarias, les sea gravoso, es decir, que les implique el uso de las 24 horas del día, pero mientras Sicilia, anda en sus periplos absurdos e inútiles, en nuestro país, a plena luz del día, los médicos y enfermeras del IMSS, matan gente de manera lenta pero segura, y es que, la institución está tan podrida en sus entresijos, que los derechohabientes, esos que son los dueños de todo, son pacientes víctimas de los diabólicos oficios de los funcionarios que no se tientan el corazón para descuartizar a los pacientes sin que nadie haga algo al respecto, por ejemplo, ahora que he estado internado en Monterrey, Nuevo León, precisamente en la famosa clínica 25 de Especialidades, UMAE (Unidad Médica de Alta Especialidad), me he dado cuenta de las anomalías persistentes en dicho centro hospitalario, que de hospitalario no tiene nada, ya que, todos, son una bola de ineptos y corruptos, los únicos que no están embarrados de corrupción y abulia, son los eminentes médicos y algunos médicos residentes, pero al parecer, la guapa lideresa de la sección II. Dip. Alicia Margarita Hernández Olivares, defiende a sus agremiados a capa y espada, aunque esté consciente de que la mayoría son unos buenos para nada, que trabajan dos horas de las ocho que se les paga, lo único malo, es que, si eso hacen en la clínica regiomontana que es un modelo a seguir a nivel mundial, qué no harán en las cliniquitas de los pueblos, que son dispensarios enterregados, en donde no tienen ni pastillitas para el dolor de cabeza, de verdad, lo que he visto en ese deteriorado edificio, lleno de cucarachas, conste, que me refiero a los bichos rastreros, y no a alguno de los altos dirigentes, es como para escribir un guión de una película de terror, en el que las protagonistas tendrían que ser las enfermeras que son más huevonas que las criadas oaxaqueñas, y a las que, si uno, como enfermo, les exige sus derechos, se desquitan con la jeringa en mano para darte un “piquetón”, le aviso a doña Alicia Margarita, que tengo todos los nombres de las cabronas hijas de Florence Nightingale, esas que se la pasan chacoteando entre ellas, riéndose a carcajadas, mientras en los módulos los pacientes trasplantados sufren su agonía entre dolores crecientes, y le advierto a la bella dirigente sindical neoleonesa que tengo fotos de todos los vergonzantes hechos en los que están involucradas las farsantes damas de blanco. Ya dije