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martes, 28 de agosto de 2012

Emboscada diplomática


Nomás que pase todo este embrollo judicial y ya que mis parientes les hayan dado los miles de dólares que les están exigiendo los policías estatales, prometo denunciarlos abiertamente en esta columna y publicaré los nombres de los cabrones extorsionadores, y es que, por eso, nuestro país está como está, por la maldita corrupción galopante, no, no tengo miedo de las represalias, si para uno que madruga, otro que no duerme, además, yo estoy blindado contra estos malandrines con placa, no, si no vivo en una burbuja de acero inoxidable, pero el diablo sabe a quién se le aparece, además, ni modo que lo vayan a negar, si tendré todas las pruebas, ya se sabe, que desde que los celulares tienen cámara integrada, cualquier ciudadano de a pie, puede ser un valeroso reportero, como decía tía Eufemia cuando se le iban las manos a tío Zenaido con la comadre nalgona, “nomás los estoy dejando a ver hasta donde son capaces de llegar”, los que si llegaron muy lejos, supongo que por su proclividad a la prepotencia e imbecilidad, fueron los policías federales que le tendieron una emboscada en Huitzilac, allá por el camino a Tres Marías, a un carro con placas diplomáticas de los Estados Unidos, digo, esa torpeza solamente tiene dos explicaciones; la primera y la segunda, o sea, es que, estos pillos asaltantes, no tienen justificación alguna, sólo se puede asegurar su impreparación académica, no les sube agua al tinaco, así de sencillo, porque por más que se sientan muy chingones, y que le hubieran querido echar la culpa al crimen organizado, después del atentado criminal, en el que, no cumplieron su cometido, no porque no hubiesen querido, sino porque los marinos andaban cerca y repelieron la agresión, al menos, los heroicos elementos de nuestro glorioso ejército, si entendieron del desmadre que se traían y en el lío que se iban a meter todos, si llegaban a asesinar a los tripulantes de dicho vehículo, al que atacaron, por desconocer, que atacar a una embajada o a un carro diplomático de cualquier país está considerado como una invasión a su territorio, es decir, es una manera alocada de vulnerar su soberanía, ni modo, que esta bola de ineptos salgan a declarar que los confundieron con unos maleantes, porque nadie se los va a creer, bueno, ni López Dóriga que es re pendejo hasta para recibir chayotes, ni siquiera Pancho Villa, cuando invadió Columbus, fue tan pendejo como estos, al centauro del norte, lo salvaba su propia ignorancia, tal vez, nunca supo que estuvo a nada de que se lo cargara la chingada, como finalmente se lo cargó, y también por andar abriendo la boca de más en tiempos electorales, los doce de a camioneta, están arraigados, pero sus parientes, sobre todo las mitoteras de sus viejas, salieron a las calles a defenderlos alzando pancartas, pero en el fondo, ellas, de seguro, han de estar pensando que bien merecido se lo tienen, porque esos errores o se pagan con la vida o con la cárcel, no se puede discurrir por la vida siendo así de esa manera, el mensaje de este incidente tan penoso, es que, nuestras policías no se coordinan ni entre ellos mismos, que siguen siendo corruptos y prepotentes, que ahora nos tenemos que cuidar de los dos fuegos, de los malosos y de los que asegún son guardianes de nuestra seguridad ciudadana, ahora, a ver a quien le echan la culpa de sus desmanes, no me acuerdo el día exacto, pero no fue acaso la propia secretaria de estado Hillary Clinton la que junto a García Luna inauguró una especie de bunker policiaco en Iztapalapa, al que, los funcionarios mexicanos dieron el pomposo nombre de “centro de mando” en el que todos estaban muy contentos y departieron con tequilas y nachos con hartos jalapeños, ahora a ver qué dice Mrs. Clinton, de seguro echará por tierra el plan Mérida, que supongo el plan ha de ser comer mucha cochinita pibil, porque de seguridad bilateral, binacional y bipolar, de ese tema, no hay nada. 

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