Nomás que pase todo este embrollo judicial y ya que mis
parientes les hayan dado los miles de dólares que les están exigiendo los
policías estatales, prometo denunciarlos abiertamente en esta columna y publicaré
los nombres de los cabrones extorsionadores, y es que, por eso, nuestro país está
como está, por la maldita corrupción galopante, no, no tengo miedo de las
represalias, si para uno que madruga, otro que no duerme, además, yo estoy
blindado contra estos malandrines con placa, no, si no vivo en una burbuja de
acero inoxidable, pero el diablo sabe a quién se le aparece, además, ni modo
que lo vayan a negar, si tendré todas las pruebas, ya se sabe, que desde que
los celulares tienen cámara integrada, cualquier ciudadano de a pie, puede ser
un valeroso reportero, como decía tía Eufemia cuando se le iban las manos a tío
Zenaido con la comadre nalgona, “nomás los estoy dejando a ver hasta donde son
capaces de llegar”, los que si llegaron muy lejos, supongo que por su
proclividad a la prepotencia e imbecilidad, fueron los policías federales que
le tendieron una emboscada en Huitzilac, allá por el camino a Tres Marías, a un
carro con placas diplomáticas de los Estados Unidos, digo, esa torpeza solamente
tiene dos explicaciones; la primera y la segunda, o sea, es que, estos pillos
asaltantes, no tienen justificación alguna, sólo se puede asegurar su
impreparación académica, no les sube agua al tinaco, así de sencillo, porque
por más que se sientan muy chingones, y que le hubieran querido echar la culpa
al crimen organizado, después del atentado criminal, en el que, no cumplieron
su cometido, no porque no hubiesen querido, sino porque los marinos andaban
cerca y repelieron la agresión, al menos, los heroicos elementos de nuestro
glorioso ejército, si entendieron del desmadre que se traían y en el lío que se
iban a meter todos, si llegaban a asesinar a los tripulantes de dicho vehículo,
al que atacaron, por desconocer, que atacar a una embajada o a un carro
diplomático de cualquier país está considerado como una invasión a su
territorio, es decir, es una manera alocada de vulnerar su soberanía, ni modo,
que esta bola de ineptos salgan a declarar que los confundieron con unos
maleantes, porque nadie se los va a creer, bueno, ni López Dóriga que es re
pendejo hasta para recibir chayotes, ni siquiera Pancho Villa, cuando invadió
Columbus, fue tan pendejo como estos, al centauro del norte, lo salvaba su
propia ignorancia, tal vez, nunca supo que estuvo a nada de que se lo cargara
la chingada, como finalmente se lo cargó, y también por andar abriendo la boca
de más en tiempos electorales, los doce de a camioneta, están arraigados, pero
sus parientes, sobre todo las mitoteras de sus viejas, salieron a las calles a
defenderlos alzando pancartas, pero en el fondo, ellas, de seguro, han de estar
pensando que bien merecido se lo tienen, porque esos errores o se pagan con la
vida o con la cárcel, no se puede discurrir por la vida siendo así de esa
manera, el mensaje de este incidente tan penoso, es que, nuestras policías no
se coordinan ni entre ellos mismos, que siguen siendo corruptos y prepotentes,
que ahora nos tenemos que cuidar de los dos fuegos, de los malosos y de los que
asegún son guardianes de nuestra seguridad ciudadana, ahora, a ver a quien le
echan la culpa de sus desmanes, no me acuerdo el día exacto, pero no fue acaso la
propia secretaria de estado Hillary Clinton la que junto a García Luna inauguró
una especie de bunker policiaco en Iztapalapa, al que, los funcionarios
mexicanos dieron el pomposo nombre de “centro de mando” en el que todos estaban
muy contentos y departieron con tequilas y nachos con hartos jalapeños, ahora a
ver qué dice Mrs. Clinton, de seguro echará por tierra el plan Mérida, que
supongo el plan ha de ser comer mucha cochinita pibil, porque de seguridad
bilateral, binacional y bipolar, de ese tema, no hay nada.
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