No, no estoy de acuerdo en que Ana Gabriela Guevara haya
sido ungida como senadora de nuestra maltratada república, digo, una cosa, es
que haya sido campeona mundial de los 400 metros planos, pero de eso a quedarse
sentada en una curul con su curul bien puesto en un sitio que debería de estar
ocupado por una mente brillante, me parece una mentada de madre a la nación,
podría decirlo con palabras menos ásperas, pero quiero que alguien me explique a
quién chingaos se le ocurrió esa mala broma de ponerla allí, y no, no la
considero ni inteligente, ni valiente, ni digna de mayor mérito que sus medallas
por correr bien recio, que se vaya a presidir una asociación de corredoras o el
club de fans de Featriz Paredes, por el bien del país, no la dejen quedarse en
ese escaño, bastante daño se le ha hecho a México, cuando La Tigresa también se
presentaba a levantar el dedo, además, la pobre Anita, en lugar de acudir a la
cámara de Senadores, se apersonó en la de diputados, en fin, si ya se tiene que
quedar en ese lugar, que nomás no opine demasiado en los asuntos neurálgicos de
la suave patria, y es que, ahora que he estado de paciente súper estrella en la
clínica 25 de Monterrey, me he podido percatar del deterioro social en el que
nos tienen todos estos malos políticos, porque en ese gran hospital, en el que
los médicos son eminentes y verdaderas lumbreras, poco pueden hacer, y lo qué
hacen, lo hacen con gran voluntad de servir al prójimo, esa es la verdad, y las
enfermeras y enfermeros, a pesar de que los he criticado duramente, ejercen una
labor encomiable a favor de los pacientitos, que no todos, y que me perdonen
los admiradores de Alonso Lujambio, el ex secretario de Educación Pública,
tienen la misma suerte que el bien peinadito que acaba de recibir una fuerte
ovación en la cámara, y es que, a los enfermos de cáncer de dicho hospitalote
en la regia ciudad sultana, los tienen todos mosqueados, mientras padecen una
larga agonía en las instalaciones de ese centro de especialidades, que es de lo
mejor del mundo por sus recursos humanos tan notables, pero en el que no hay ni
jeringas, ni gasas, mientras don Alonso, con todo su poder económico, si tiene
la oportunidad de curarse en Houston o en cualquier otra parte del mundo, que
para eso, ha ganado muchos millones como funcionario panista, no, no estoy
hablando por envidia o resentimiento social, pero ojalá que se salve, y ya que
esté bien lleno de vida, que se dé una vueltecita en su papel como senador por
el PAN, por los hospitales del seguro, que son un verdadero mugrero, porque no
les han dado dinero para su continuo mantenimiento, o si se los han dado, que
lo dudo mucho, alguien se está robando los centavos para repartirlos entre sus
compadres y amigotes, para colmo de males, ahora resulta que el que le va a
cruzar la banda tricolor a Enrique Peña Nieto en su asunción como nuevo
presidente de México, es Murillo Karam, no sé, no me pregunten la razón, pero me
da mala espina que le vaya a echar la sal al gelboy, no sería bueno que se
cambiara de persona y le pusiera la banda, la Ninel Conde o por lo menos
Galilea Montijo, que antes era la imagen televisiva de su gobierno mexiquense, después
fue Lucero, además, así, el priista se sentiría con mayor confianza, ya que, le
encanta la farándula, por cierto, les aviso, queridos lectores, que hay que ir
preparando las botellas del mezcal del bueno, no del qué deja ciego, porque septiembre
viene con mucha fiesta, la verdad, es que, no hay mucho qué celebrar, pero
dicen los sabios del pueblo que para todo mal, mezcal y para todo bien,
también, total, es un mes a toda madre, en el que, todos los gobiernos, sean
chiquitos, medianos o grandes, se gastan una lana para comprar hartos cuetes y
mandan a hacer muchos tamales y tinacos de champurrado para darles su pachanga
a los humillados y ofendidos que mangonean todo el año y como hoy es viernes, a
lo mejor toca, y si no les toca, pónganse en el tocadero. Ya dije.
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