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martes, 2 de septiembre de 2008

Don Chito Longoria

Las nuevas generaciones no conocieron a Chito Longoria. ¿Les dice algo el nombre? ya sé que no, pero es que nació a principios del siglo 20 y murió en 1986 dejando viuda y desconsolada, pero muy rica, a Jeannette Longoria, una de las mujeres más emblemáticas de la realeza social de nuestro país.
Fue uno de los hombres más ricos de México en una época en que las fortunas no eran tan desorbitadas como ahora que se hablan de miles de millones de dólares.Chito, tenía su feudo allá por la gloriosa colonia Hidalgo; dueño de la mantequera, de un banco y de otros negocios, pero era, sobre todo, poseedor de unas de las inteligencias más brillantes que jamás hayan existido, y aunque no nació aquí, sino en un ranchito cercano en el estado de Nuevo León, siempre se consideró paisano, pero él con un sentido del humor muy especial, cuando alguien le preguntaba ¿Chito, eres de Laredo?, respondía “No soy de Laredo; Laredo es mío”.
Me acordé de don Chito, porque cuando viví en la ciudad de México, su viuda Jeannette, se mencionaba en todos lados, igual en los cerrados círculos del arte, que en los socialités o los de espectáculos, y claro que a mi me enorgullecía escuchar el apellido Longoria que a los nacidos en Laredo, nos suena muy familiar, casi casi como si fuera parte de nuestra información genética.
Yo no llegué a conocer a Jeannette, pero estuve a punto, ya que en 2003 asistí a una fiesta de cumpleaños del niño Jumex que tiene una de las colecciones de arte moderno contemporáneo más importante y representativa de América Latina, no digo que Eugenio López Alonso, hubiese sido mi amigo, pero si puedo presumir que teníamos amigos en común, y una señora de todas sus confianzas, me avisó que ahí andaba la deslumbrante dama y socarrona me dijo: “ve a saludar a tu cuasi paisana”.
La verdad es que me dio penilla, porque Jeannete es una de esas mujeres que a pesar de sus 70 años, en aquel año de 2003, se veía francamente espectacular y de una elegancia suprema, no por nada, siempre ha estado en el top de las mejores vestidas a nivel internacional, y verla así, en pleno dominio de la escena, con movimientos casi histriónicos en el medio de un grupito de señoras no tan guapas como ella, pero igual de despampanantes, me abrumó y preferí quedarme con las ganas de verla de cerca.
Don Chito era una persona que a fuerza de interpretarse a si mismo se convirtió en un personaje mítico, claro que llamaba la atención por su dinero, pero también por ser quien era, y aunque no fue precisamente muy magnánimo ni caritativo, gracias a él, Laredo se revitalizó económicamente y apareció en el panorama industrial del país.

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