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lunes, 29 de septiembre de 2008

La lluvia como noticia

Me causa mucha gracia que siempre que llueve son las mismas fotos en todos los periódicos: Imagen 1. “unos niños chapoteando en un charco”. Imagen 2. “un charco chapoteando en unos niños”. Imagen 3. “un chapoteo de unos niños en un charco”.
Lo más chistoso de todo, es que las notas están hechas como por la misma mano, pero eso si, cada medio de información quiere llevar agua de lluvia a su molino y procura publicar la “exclusiva” noticia de que en la calle tal hay un charco que parece laguna y sacan a “relucir” los baches de todo el pueblo, pero la cereza del pastel es la denuncia ciudadana en el sentido de que hace falta un buen drenaje pluvial porque el que tiene la ciudad ya es ineficiente y obsoleto.
Pero como no hay más cera que la que arde, pues los medios de información, no tienen otra alternativa que publicar lo mismo que los demás. Conste que no estoy criticando, si cada quien hace su lucha como mejor le parece, sólo quería señalarlo para no quedarme con la tentación y no me fuera a salir un grano en la nariz como a Pinocho aunque al pobre muñequito de madera le salió peor ya que su esposa siempre quería que le mintiera -jeje- ya sé que es un mal chiste pero tampoco quería quedarme con las ganas.
No sé, si les he dicho que vivo por el principado de la colonia Hidalgo, justo frente al solar en donde alguna vez estuvo el Penal de La Loma, a un ladito de la Escuela Cosme Pérez, bueno, para mayores señas a media cuadra de la famosa papelería Villasana, pues ahí tienen su casa y resulta que con eso de la mentada tromba de la mañana del domingo, los trabajadores de la demoledora compañía que tumbó a marrazos el viejo edificio del tristemente célebre -parece frase extraída de la revista Alarma- dejaron al descubierto un pozo de una cisterna o de una letrina, y aunque no se ha ahogado ningún niño, -a lo mejor es requisito- los vecinos estamos preocupados porque ya se llenó de agua y queremos que lo tapen.
El mentado pozo tiene una profundidad de dos metros con 37 centímetros y una circunferencia de cuarenta pies, además de una capacidad para albergar 50 metros cúbicos de agua de lluvia y está localizado en la mera esquina de Colima y Gutiérrez, quiero dejar claro que esta información es fidedigna y me fue proporcionada por la chismosa Doña Licha que de esos menesteres de las mediciones sabe más que un sindico del catastro municipal.
Lo que pasa es que con eso de la lluvia, a los vecinos, se nos ha compenetrado la idea entre ceja, oreja, sien y pituitaria, de que la placita prometida por el hache ayuntamiento que preside nuestro benemérito alcalde Chúper Ramón, es pura vacilada, pero como nunca me quedo con la duda de nada, este prurito lo compartí con mi compañero y amigo Marco Martínez y me dio luces burocráticas sobre el asunto, resulta que el predio del penal es estatal y la obligación es municipal, por tanto la obra en cierne tiene que ser bipartita, es decir, que ambos dos al unísono tienen que meterle una lana para construir la tan llevada y traída Plaza, que aquí entre nos y sin que salga de aquí, estoy juntando firmas entre los conocidos de la comarca, para que este espacio público, lleve mi eufónico nombre con letras de oro pero me opongo a que le hagan una entrada tan charra como la del parque Viveros, sugiero que le pongan columna dóricas y arcos como los de la puerta de Alcalá y si le van a poner una fuente que sea grandiosa como la de la Cibeles de la ciudad de México y no tan jodida como la de los Delfines que no parece ni fuente sino un triste chisguete de agua.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Plagiario de Güemez

Voy a transcribir un texto anónimo que llegó a mi dirección electrónica, espero que nadie quiera pasarse de vivo y se adjudique su autoría: “Me gustas cuando callas porque estás como ausente y mi voz no te toca, parece que los ojos se te hubieran volado y un beso te cerrara la boca”, ese que parece el trozo de un poema de buena manufactura literaria, viene firmado por lo que parece un seudónimo, al calce reza: Pablo Neruda.
Conste que yo, aunque no soy plagiario del talento ajeno, tampoco tengo la culpa de que se pongan de pechito para que me los ejecute, y digo: ¿a quién le dan pan que llore? claro que lo voy a mandar al concurso regional de poetas de Chipiculco, pero ojalá que no salga alguien en San Pedro de las Pirinolas y diga que ese texto es un robo al “copyrigth”, porque ya ven lo que le pasó al Filósofo de Güemez que se le hizo fácil presumir un texto como propio, nada más porque le pareció que era muy de su estilo y nada, que le van saliendo con la novedad de que en España, una escritora muy trinchona de aquellas tierras “europellas”, le manda a reclamar en tono muy grosero, porque tampoco es para tanto que le roben un ratito su obra, si como quiera Ramón Durón Ruiz, no pensaba quedarse con ella para siempre, nada más la iba a usar y luego se la iba a regresar, pero la jija gachupina no conforme con llamarlo ladrón, además le dijo que: “desgraciaba el castellano” eso si ya cala, yo, que nunca he estado metido en esos berenjenales de firmar algo ajeno diciendo que lo escribí, me cái de a mádere que si yo fuera el Filo –así le dicen de cariño sus amigos- la contra demandaría en un juzgado de Vicky Ranch (o sea de Ciudad Victoria) no de balde ha sido alcalde –me salió en verso y sin esfuerzo- y un político de altos vuelos, para que usando su poder, mande traer a la interfecta autora de nombre Carmen Moreno Martín para que la quemen en leña verde pero les aconsejo que no sea de Pirul que no sirve ni p’arder nomás para hacer llorar.

Ninel Conde en
cierre de la feria


Ninel Conde cerró la feria con un showzazo en el que enseñó dos kilos de cachete, seis de pechuga, cuatro de cadera, una nariz chiquita y unos ojos bien grandotes. La verdad es que Arámbula que es el que contrata a los artistas, se llevó un diez con la presentación de la estrella televisiva que aunque nada más tiene ese éxito del “Bombón Asesino” como quiera llenó el teatro del pueblo y según mi compañero reportero Daniel Sandoval, había más o menos 5200 personas, porque había unas doscientas sentadas y como cinco mil de pura perrada.
La Ninel es un monumento de mujer, dicen las gordas cuerpos de masacote que así como le hace ella, que las chichis se les arregló en Argentina, las nachas en Miami, la nariz en Monterrey y la depilación completa en “Depilité”, cualquiera es bella, pero yo digo que el chiste no es que se arreglen todo lo que se puedan componer, sino que a ver si quedan como la actriz que está triunfando con el personaje de Rosario de “Fuego en la Sangre”, que todo lo tiene bien puesto y lo mueve como si hubiera nacido así.
La feria de este año, si no hubiera sido porque nuestro carismático alcalde, regaló varias noches la entrada y los juegos a las familias pobres de la comunidad, francamente hubiera sido el fracaso más estrepitoso de los cincuenta años que lleva de vida la vernácula expomex que cada día llama menos la atención de los paisanos.
Como quiera, gracias por traer a Ninel, espero que la inviten pa’l otro año y que ella sea coronada como la reina del feudo en donde abundan los gueyes, las vacas y alguno que otro marrano… de los stands ganaderos.

Mariana Barberena
En una despedida

Mariana Barberena Asiáin, a quien conozco desde hace hartos años, se casa este mes de octubre con el elegido de su corazón, y aunque hace mucho que no la veo, el cariño que siento por ella y por sus padres, el Dr. Juan Barberena Cantú y su distinguida esposa, Norma Asiáin de Barberena, es tanto que ha trascendido en el tiempo, así que a través de esta columna le deseo que sea muy feliz en su matrimonio.
El Grupo de Amigas que se juntan desde hace muchos años y al que pertenece Norma, ofrecieron a Mariana una merienda en el restaurante Tomatillos en el que predomina el estilo de comida italiana.
Estuvieron presentes: Didi Durán de Peña, Yaya Garza, Carmelita Rodríguez, Martha Garza, Adelfa Peña de Juárez quien no pudo ir porque estaba enfermita, le mando un beso cariñoso y mis mejores deseos para que se restablezca muy pronto, Angeles G. de Barragán quien es hija del Profr. Santos Guzmán Treviño mi amado maestro director de la Cosme Pérez, Yolanda Rendón, Lilia Guzmán, señora Oly, Nena Garza y Nidia Guzmán a quien siempre saludaba cuando yo trabajaba en otro periódico.
No se les olvide asomarse a mi blog: www.fernandotovaralonso.blogspot.com, les aseguro que se van a entretener porque tengo historias truculentas que en esta edición impresa no puedo publicar. Gracias por su atención y nos leemos muy pronto en este mismo espacio. Ya dije.

El Diario de Nuevo Laredo

Ramón Garza Barrios, alcalde de este pueblo globero y patriota, en lugar de andar cenando a las escondidas con el escritor colombiano Gabriel García Márquez acompañado por su infaltable comparsa cursi de intelectuales cocteleros, debería de otorgarle el homenaje que merece y le corresponde por edad, saber y gobierno, al único periódico local que puede presumir que lleva sesenta años de vida circulando todos los días desde su fundación en 1948.
El Diario nació gracias a la inquietud de don Federico Longoria y un grupo de empresarios locales que estaban hartos de la brutal represión ejercida por los dueños de los medios difusores de noticias de la época, ya que como siempre se ha sabido, y es más viejo que caminar para adelante, la corrupción, la coerción y el chantaje, han sido viejas triquiñuelas de los pusilánimes para lograr enriquecerse a costa del trabajo honesto de los demás.
Don Ruperto Villarreal Montemayor, hombre ilustre, visionario y adelantado a su tiempo, un día cualquiera, estaba en la cocina de su casa comiendo un helado de vainilla cuando recibió una llamada de Don Federico.
-Ruperto, ¿qué estás haciendo?
-Me estoy comiendo “una nieve”.
-¿No te quieres quedar con el periódico?
-Si.
-Bueno, busca en el banco a Cirilo Bustamante para lo del préstamo.
-Está bien Federico, yo lo busco.
Así de simple fue la transacción.
“Si lo dice El Diario es verdad”, pero no era solamente un sobado eslogan publicitario, paradójicamente, aquí fue al revés, que todavía no les daba por nacer a los genios del “merchandising” así que no había quien lo inventara, esa frase se acuñó a fuerza de reiteraciones cotidianas, y es que cuando alguien aseguraba rotundo, cualquier noticia, como muestra, un botón: “fíjate que se va a devaluar el peso”, el comentario obligado de cualquier paisano, era: “si lo dice El Diario es verdad”. En realidad era el sentir popular.
El Diario ha sido semillero de grandes periodistas, sólo por citar un mal ejemplo: YO, pero también es el Alma Mater de otros que aunque lo nieguen tres veces como Simón Pedro a Jesús, provienen de esa misma sala de redacción, en la que si bien es cierto, abundaban las mentadas de madre, los gritos y las pataletas, también se abrevaba del agua bautismal de la inteligencia, pero el coraje templaba los nervios y la rabia daba intención a los retos por vencer, de demostrar que si se podía, que los improperios eran de ida y vuelta, pero que la oportunidad era una sola y había que tomarla a como diera lugar, nadie se podía bajar del barco hasta no haber llegado a puerto seguro.
Tal vez no sea mi cerebro el que dicta este artículo, sino mi corazón agradecido a los Villarreal, en particular a Marco, pero en general a todos, a Luis Federico de todos mis afectos de quien aprendí muchas cosas que se deben hacer pero también otras que no se deben llevar a efecto, pero en descargo de todos nosotros, los pobres pecadores, la Santa Mística dice que: “nada de lo humano nos es ajeno” y el tiempo, que todo lo cura, ha cicatrizado las heridas pero ha abierto un horizonte promisorio para los amorosos de las palabras que acomodadas en hileras pueden comunicar para guiar, y educar para liberar, pero hay que tener cuidado al usarlas, porque también sirven para soslayar, encubrir y engañar.
El Diario de Nuevo Laredo es un viejo macizo, terco, correoso, empecinado, que se dobla pero no se vence, que las circunstancias adversas lo tumban pero el orgullo lo levanta, que se aferra a la tradición de su pasado para no sucumbir al olvido. ¡Felices sesenta!

lunes, 22 de septiembre de 2008

"¿Don Gabo y usté de qué signo es?"

"El Grito" en nuestro país es un evento de lo más kitsch, es entre rococó, barroco y absurdo. En mi columna que se publicó este domingo en Líder Informativo doy a conocer unos detallitos al respecto, pero no cabe duda que a nuestros gobernantes tamaulipecos se les nota la falta de cultura cívica y de plano, les urge viajar un poco más.
A Adriana la guapa esposa del gobernador Geño se le notó el rancho, ya que durante "El Grito" se la pasó codeando a su hijito "tineyer" que estaba haciendo berrinche, entiendo que cada quien educa a sus güercos como le da la gana, pero esos no son modos de una primera dama y mucho menos de la dulce benefactora del DIF y protectora de los viejitos tamaulipecos, digo si eso lo hubiera hecho tras bastidores nadie se da cuenta, pero todo mundo se percató de los "madrazos" -que no es mala palabra sino el apellido de un politico- al chamaco, porque los momentos los captó la cámara y el evento se transmitió a nivel estatal.
Estén pendientes queridos cyberlectores en estos días comentaré un chisme que dará al traste con todo lo que se ha venido manejando de la visita de Gabo a nuestro pueblo... "La Culta Dama" que es una señora de alta alcurnia, esa si, muy educada, informada y lo que le sigue, es una espía infiltrada en ese mundillo de la cultura local y ella es la que me ha dado los informes exactos y correctos de todo cuanto pasó en los entretelones de la visita del premio nobel de literatura, mi estupenda amiga, dice que el petulante escritor exigió que no hubiera nada de prensa, que a donde estuviera adornaran a su paso con flores amarillas y a los criados de la cultura local, les pidió que se escondieran en la cocina para ver que se ofrecía. En la cena estuvo Gilberto Puente... pero de esos detalles y más abundaré en mis columnas libres y soberanas que cada día ganan más lectores. Conozco hasta el menú que se sirvió en esa cena y lo que más gusto me dio es que por fin la esposa de Ramón, despejó una duda que tenía respecto a García Márquez.... y si, es cáncer y creo que es linfático.... jeje. "¿Don Gabo… y usté de qué signo es?" sic

Ecos de "El Grito"

Ya no debería de celebrarse “El Grito”, es más, tendría que ser considerado un crimen de lesa humanidad que alguien, cualquiera que sea, se atreviera a responder la sobeteada arenga en la que se exalta a los héroes que nos dieron patria, pero lo que nunca nos dicen es que los otros, sus presuntos herederos, nos dieron en la “matria” y ya se sabe, que los gobernantes en turno se sienten como imbuidos por el espíritu de don Miguel Hidalgo I. Costilla para agarrar la reata y darle duro al badajo de la campana mientras con la otra, ondean el lábaro patrio, que ahí si, todos tendríamos que hacer genuflexiones porque somos nosotros mismo representados en el emblemático símbolo nacional.
Yo pude ver los tres que me importaban, el de nuestro carismático alcalde Garza Barrios, el de nuestro gobernador jolivudense Eugenio Hernández y el del presidente de todos los mexicanos, que con todo que es chaparrito, el grito le salió mejor que a los demás, y no es por hacerle la barba, que ni lo conozco, pero esa es la verdad, porque los otros, muy grandotes y norteños y bragados, pero francamente como que le dieron más importancia al ángulo de la cámara que los tomaba, claro que los nuestros si tienen porque cuidarse de esos detallitos, que guapos si son, pero es un hecho que a la hora buena se les cerró la garganta.
El Grito que se llevó al cabo en la ciudad fue entre vernáculo, naco y patrio, claro que hubo bailongo y harta comida, música pa’ventar pa’rriba y hasta gente que andaba vestida de la india maría y del indio tejuino pero sin disfraz, lo único malo es que eso de cerrar calles del primer cuadro no es bueno para los habitantes de ese sector, porque, dios no quiera, qué tal si a algún vecino se le ocurre una emergencia y están atravesados los anafres, los metates, los comales y la gorditas de las dueñas, pero la verdad es que fue un disfrute ver al pueblo en las calles y ha valido la pena los problemillas que provocó la parafernalia de tan grandioso evento popular que estuvo de diez.
La que si no se midió, fue la preciosa señora –dicho con todo respeto.- Adriana González de Hernández Flores, que mientras saludaba a la muchedumbre desde el escenario en Vicky Ranch, con la otra, le daba de codazos a su hijito que lucía corbata roja y ojos verdes, pero que nunca contestó a ninguno de los ¡Vivas! de su apá Geño que para mi que se hizo un “chikichiki” con Sanmiguel porque se ve muy joven y saludable.
En el Grito de El Zócalo, nuestro presidente panista Felipe Calderón, se lució con todo el festejo, porque hubo cuetes pa’ventar pa’rriba y a pesar de todos los problemas nacionales, a él se le ve muy tranquilo al lado de su esposa Margarita que guapa si es y además ella no se mete en los asuntos de la agenda política de su importante marido los hijos muy chiquitos, pero bien portados y la voz de nuestro “Jelipe” fue clara y fuerte, con ánimo de encender el optimismo de la gente y si lo logró.

Club Dante Alighieri
tuvo fiesta mexicana

En la espléndida casa de Raquel Sentíes fue el punto de reunión para que el Club Literario Dante Alighieri diera el grito muy mexicano durante una velada agradabilísima en la que hubo antojitos típicos y me llamó la atención, que como siempre, en donde está incluida la distinguida señora Rebecca González, hubo un matiz distinto y suigéneris en el festejo, ya que todas las asistentes se ataviaron al purísimo estilo de Frida Kahlo y ese detalle me encantó, porque es una estupenda idea para cualquiera que la quiera tomar para el otro año, es decir, en lugar de que todo mundo vaya como se le dé la gana, pues que sea temática la reunión, y que los hombres se vistan de Morelos o de Hidalgo y las mujeres de la Josefa o de La Güera Rodríguez. Digo, sólo es una opinión.
Al festejo, asistieron la directora fundadora del club literario, Rebecca González, Claudette Cantúrosas, Chiqui Cañamar, Sandra Viñals, MaryAnn García, Gabi León, Vita Ramos, Irma Canales, Rosa María de Llano y la hostess Raquel V. Sentíes que atendió muy bien a sus guapas y fridescas invitadas.

Fiesta Mexicana
Del Consulado

Primero en la placita San Agustín, esa a la que le llaman la de “Los Viejitos” y luego en una cena formal en el salón privado Phillip V –en cirstiano se dice Felipe Quinto- el cónsul general de México Miguel Angel Isidro y su guapa esposa Patricia.
Estuvieron presentes, entre otras personas: Janice Ayala y Baldemar Rodríguez, Alejandro y Adriana Cabezut, el alcalde de la vecina ciudad, Raúl Salinas y su esposa Yolanda, Ignacio y Yolanda Urrabazo, Mario Sánchez y su linda esposa Irma Aréchiga de Sánchez, Oscar Garza y su digna esposa Zulema, el señor Garza es el director del Instituo Cultural de México. Fue una fiesta muy linda llena de suculencias a la mesa y alegría en los apretados corrillos de La Posada. Felicidades al cónsul por esta celebración mexicana en nuestra hermana ciudad texana.

Artistas Plásticos
Celebraron fiestas

Artistas Plásticos Neolaredenses presididos por el magnifico pintor Héctor Rodríguez tuvieron su fiesta mexicana y exposición referente al tema patrio, en la galería “Imagine Art” propiedad de la señora Paquita Palacios que está ubicada en el número 6318 de Krone Lane.
Esta gran fiesta mexicana se celebró el pasado viernes 19 de septiembre a partir de las siete de la tarde, y así me lo dijo, una de las integrantes del grupo: “es para reforzar los lazos de amistad entre ambas ciudades”, claro que hubo comida de todo, pero ya se sabe, lo que se puede hacer con los ingredientes que se consiguen del otro lado, porque como el departamento de Agricultura no deja pasar nada de lado mexicano, pues todo lo tuvieron que comprar de aquel Laredo y como que la comida no sabe igual, pero en fin, el chiste es que lo pasaron bien y hasta andaban todas las señoras de rebozos y se veían muy guapas todas.
Asistieron: Federico Acosta, Aurora Alonso, Verónica Cárdenas, Betty Laura C. de Cervante, Anita Cuervo, Didi Durán, Aida G. de Heiras, Rosa Elia J. de López, Mary Lugo, Elsa Mireles, Francisca Palacios, Héctor Rodríguez, Bibi Zárata, Miriam Salinas, la estupenda artista plática Bibi
Zárate –esposa del Ing. Eleazar Ixba- expuso una instalación alusiva a la fecha y Didi Durán de Peña un arte-objeto en homenaje a Frida.

viernes, 19 de septiembre de 2008

CRIS FARÍAS

Nota del Editor: Esta plática que sostuvimos Cris y yo, ocurrió durante alguna hora imprecisa de un día cualquiera del año capicúa 2002. Espero no causarles molestias cuando lo lean, pero así es mi estilo para platicar y no quise modificarlo para que mi nostalgiado coterráneo hidalguense no perdiera la naturalidad y el encanto que siempre lo caracterizaron. Un abrazo sideral para ti, querido Cris.

Cris Farías es peluquero de oficio, pero su verdadera vocación es el teatro. Él, no lo sabe, pero todos sus gestos, hasta el mínimo detalle de sus ojos, de sus manos que al moverse cortan el aire y las inflexiones de su voz, delatan al actor que vive en su interior.
Nació el ocho de Febrero de 1946 en Zapotlitic, Jalisco “Lugar de Zapotes”. Como referencia a su origen, añade: “tengo 56 años cumplidos, llegué a Nuevo Laredo en 1950, me trajeron mis padres Salvador Farías y María Elena Ceballos de Farías”.
“Teatro, lo tuyo es puro teatro…” y la voz de Olga Guillot matizando la imagen irónica de la sonrisa burlona de mi entrevistado, representando en ese momento, durante la conversación que sostuvimos sobre la banqueta de su casa, el mejor papel de su vida.
“Pedro Antonio Garza Garza, gran maestro de teatro, me invitó al ballet de la profesora Tocha Treviño como maquillista. Esos fueron mis inicios en este mundo”. Comenta.
“Iba a buscar novias al teatro. Una vez me estaba burlando de un actor que me parecía lo hacía muy mal. Entonces, el Mayor Juan Vargas Jarero, orientador de actuación, me dijo enérgico, a ver súbete tú, para que veas que no es igual. Era una comedia, pero aunque hubiera sido drama, conmigo se convertían en comedias. Desde ahí me gustó el teatro y me seguí de largo”. Dice, riéndose como niño travieso.
Yo, francamente, estaba intranquilo, y es que la aguzada percepción de mi interlocutor, me obligaba a hacerle preguntas como por obligación, para deshacerme de una vez por todas, del enlace de sus ojos, que parecían tener órbitas elásticas, saltones, daban la impresión de ver más allá de su propio entorno.
“Realmente la actuación era mi hobbie –yo digo que más bien era pasión de tiempo completo- . A los actores nos daban diez pesos para las tres comidas. En el año 69 concursamos en la ciudad de México con “Cuñado, viene de Acuña” quedamos en cuarto lugar y Laura Irma Acle Sánchez quedó en segundo lugar como mejor actriz” y al decirlo se le ilumina la cara, tal como si tuviera los reflectores del pasado encima de sus recuerdos.
Hizo escuela, de eso no hay duda, primero fue él y luego él, pero es gente sencilla, noble, desconoce la envidia, transmitió a sus compañeros sus conocimientos empíricos acerca de las artes escénicas.
“El maquillaje de teatro es dibujar el personaje en la cara. El de belleza, no, es sólo acentuar los rasgos, Enseñé a los muchachos porque era muy gorroso tener que maquillarlos a todos”.
Cris Farías es un hombre que a fuerza de interpretarse así mismo se ha convertido en un personaje que mueve los hilos para llevar a sus interlocutores a donde le apetece, y sin salirse del centro de su ser, hace notar su presencia con un manejo prodigioso del lenguaje mordaz, de la palabra que por deslumbrante, no hiere, sino que muestra una inteligencia en movimiento.
¿Viviste del teatro? El actor vuelve a escena en contraataque: “A finales de los años setenta trabajé en Atracciones Castillo, en lo más charchino del teatro, en la Carpa Jorge Negrete. Allí tenía un gran maestro, era el Gordo Mauro. Cobraba 70 pesos por función.
Con esa cantidad pagaba hotel, tres comidas y todavía me sobraba para mandar un dinerito a mi familia. Estuve dos temporadas de teatro. En el 71 regresé a Laredo, a trabajar la peluquería. Mi papá era peluquero como mi abuelo y mi tío”.
Pocas veces en la vida he tenido la oportunidad de practicar la reciprocidad de ideas, de anécdotas, de imágenes pintorescas, de paisajes humanos como con Cris que retrata con tal fidelidad que uno se ubica en el momento de las acciones y hasta puede observar a las personas involucradas en las circunstancias que describe.
“El mejor maestro de actuación fue Juan Vargas Jarero. Pedro Antonio como director era insuperable. Me acuerdo de que Alfredo Villarreal ganó el primer lugar nacional en 1977 con “Bandera Negra” bajo la dirección de Pedro Antonio”. Reconoce los talentos que lo ayudaron a forjarse como el extraordinario actor que es.
¿Alguna anécdota de tus actuaciones? “hay miles de ellas, recuerdo una, en la que por comodidad traía tenis y estaba encamado por enfermedad. Era una obra dramática. Entonces se me subió la sábana y quedaron de fuera, la gente se empezó a reír cuando un ocurrente del público dijo: “mira ya estiró los tenis”.
Es un extraordinario conversador, aunque a veces exaspera su inmutabilidad gestual. Dice lo que quiere expresar, y esconde sus aviesas intenciones detrás de una máscara de tranquila parsimonia que no devela nada en lo absoluto.
Sus tertulias eran famosas. Se juntaba la crema y nata de la gente de teatro. “Todos estaban en mi casa, Alfredo Villarreal, Angel Vedía, Juan Vargas Jarero, Alejandro Rosas, Toño Saravia, Laura Irma Acle, Maga Corral y otros más.
Yo no sabía que era actor, pero cuando lo descubrí no me pude apartar de su lado. Le robábamos horas al día para ensayar en bodegas, precisamente en la parte de arriba del edificio de bomberos. Nunca lo olvidaré, ha sido una cosa muy bonita. El teatro ha sido lo más hermoso de mi vida”.
Ahora, sigue convaleciente de una penosa enfermedad que le ha dado, paradójicamente, dolores, pero también muchas satisfacciones. “Por la alta presión me dio una embolia, sentía todo el brazo dormido y la pierna. La segunda me dio más fuerte y me dejó un año en silla de ruedas. Era desesperante mi recuperación. Entendía que todo era cuestión de tiempo.
Me hicieron homenajes. Supe que tenía muchos amigos que me apreciaban sinceramente. Ha sido un proceso difícil, pero con esas muestras de cariño me subí el ánimo y le he echado ganas a la rehabilitación”.
En este momento se dedica al espiritismo: “tengo un amigo que es materia de Pancho Villa –quiere decir que el espíritu del revolucionario se posesiona de él-. Nos juntamos en una casita de oración. La Santísima Muerte me dijo que todavía no había venido por mi”.
El, como otros personajes que se han quedado incrustados en mi vida, seguirá en mis recuerdos, y de pronto, como de la chistera del mago, lo sacaré para presumir sus anécdotas, tratando de contarlas como él lo hubiera hecho, con su maestría del lenguaje, con el agudo estilete de su palabra. Descanse en Paz Cris Farías.

martes, 16 de septiembre de 2008

Nuestro encuentro

Desde temprano empecé el ritual que antecede a mi salida triunfal hacia el exterior de mi casa, mi familia ya lo sabe, cuando me ven embarrado de todo, con cara de: “nadie se me atraviese porque estoy ocupado” hasta los perros se esconden debajo de la mesa.
Y estaba nervioso como adolescente de secundaria, por fin se develaría el secreto, y aunque las fotos dan una imagen cercana a la realidad, tengo que confesar que cuando me acerqué a tu carro cruzando el arrollo de la calle con mi camisota naranja a rayas y mi san Juditas como pectoral romano, nunca me imaginé que serías así, con tu mirada de alas negras y en tu labios brincando una sonrisa que salpicaba alegría por conocerme.
Lo curioso es que, a pesar de que nunca te había visto en persona, sentía que éramos viejos conocidos de años y casi al instante adquirí renovada confianza para acercarme a ti y platicar de todos los temas que ya habíamos abordado por radio, pero ahora era distinto, nada impersonal el trato, al contrario, ahí estábamos en el carro, codo a codo, ambos respirando el mismo aire y yo saboreando tu olor.
Te confieso que el tiempo se paralizó por algunas horas y la luna nueva como cicatriz luminosa acechaba a través del parabrisas; impaciente y temerosa de su imprudencia, pero ni tu ni yo nos dimos cuenta, ya que la atmósfera recargada de tu juventud, veló los vidrios para convertirlos en espejos opacos que nos protegió de los paparazis del cielo y de alguno que otro chismoso que disimulados murmuraban nuestro encuentro mientras tu me decías palabras tan cariñosas como: “tienes pies de enanito torero”-
Yo que soy tan elocuente, que puedo decir discursos sin prepararlos antes, se me congelaron las ideas y sólo acertaba a defenderme como podía de tus ataques a dos manos en mis cortas piernas, y eso ya me lo habías advertido casi desde que nos tropezamos como por accidente en ese chat en el que tuve tanta suerte y en el que recibí tantos piropos como nunca en mi larga vida, que ibas a “violarme” pero el deseo sólo se quedó en promesa.
Fueron varias horas juntos y mientras nosotros adentro; la vida afuera transcurría igual de monótona, no decíamos nada, al menos nada especial, y Oscar, no una ni dos, sino varias veces llamó a tu radio, aunque no lo parezca ni lo demuestre, como tú, yo también soy malviajado, y pensé que le habías pedido, como en el comercial, si me aburro, si está feo, si es un patán, mándame un peteté para salir corriendo a tu encuentro e irnos al antro, el amigo incondicional hizo su mejor trabajo, de eso no hay duda, como quisiera tener un cómplice como ése que siguió al pie de la letra el plan de la “huída”.
Un encuentro sorpresivo en una plaza de la mujer sin vigilancia extrema, ha sido el colofón de nuestro naciente cariño y brindamos para celebrar, tú con un vodka sky como cielo azul vertiginoso y yo con una cocacola Light, la despedida, antes de la tercera llamada de Oscar, fue un beso sabor a fresa como tú, dulce como tu mirada profunda y ansioso como el futuro que se tarda tanto en aparecerse entre los dos. Fernando Tovar a Martes Dos de septiembre en Nuevo Laredo, Tamaulipas.

domingo, 14 de septiembre de 2008

Centro Recreativo "Only ONE"

Nunca he ido, es más, ni siquiera me he asomado, pero el primo del compadre de un amigo, me contó que el bar “único” en su género es uno de esos antros, como el Versalles en la Ciudad de México o el 54 en Nueva York, en el que se mezclan en un coctel explosivo: alcohol, sexo, no sé si drogas, pero mínimo, cualquiera de ellos, le debe una tele o un ropero a Elektra, y eso si es endrogarse peligrosamente, pero sobre todo, es un lugar en donde conviven distintas castas sociales, culturales y políticas.
Tampoco se trata de quemar a nadie, digo, pero si ya perdieron el pudor de compenetrar a sitio tan distinguido, no creo que les importe que se mencione su nombre en la prensa libre y soberana que siempre he ejercido para señalar, y a veces, nada más para reseñar lo que, a mi juicio, me parece digno de ser tomado en cuenta, en beneficio de mis múltiples lectores, que aunque a algunos indejos, mi talento les provoque urticaria y tan solo de escuchar mi nombre, se les aceleren los movimientos peristálticos, tengo hartos seguidores, así que me valdré de esos a los que les encanta mi estilo para volver a mis orígenes periodísticos que tanto asombró al connotado comunicólogo Dr. José Carlos Lozano Rendón –hijo de mi admirado Don Edmundo Lozano Calzado-.
Ya saben, que mi “high class” me inhibe a hacer cierto tipo de comentarios que pudieran ser ofensivos para mis amigas a quienes les llega esta columna a través de la red mundial cibernética, por eso no puedo hacer uso del lenguaje floripondio que estas nenas de cabello corto emplean para coexistir en ese ámbito suigéneris en el cual se han visto a connotados personajes que igual aparecen en la tele, en los periódicos o en los grandes eventos socioculturales.
Uno de los clientes habituales, dicen, que levanta el dedo para votar las decisiones importantes de nuestro pueblo globero y patriota, cuya élite Golden, que nada más ha leído novelitas cursis, hace unos días le rindió pleitesía a García Márquez, pero eso no es lo destacado del asunto, sino que “el accesible” Ramón le hizo el fuchi al pueblo, a la misma gente que votó por él para hacerlo alcalde, pero de ese tema no quiero hablar porque me da mucho coraje y sentimiento, aunque aclaro que yo no soy de los que piden autógrafos ni se toman fotos con nadie.
Al susodicho –que quiere decir arriba señalado- se le ha visto muy animado bailando por peteneras y alegrías las de la Panto, para los que desconozcan el lenguaje jotero, se trata de Isabel Pantoja la viuda del torero Paquirri.
Lo raro es que esta cantina no era de ambiente, pero como se empezaron a juntar dos o tres parroquianos que les encanta cachar granizo y correr hacia tercera –por cierto, tengo que contarles de un caborón al que lo pescaron con el “dese” de su novio en la boca y tiene que ver con el béisbol- y embarrarse perfume “Vientos de Oriente” del Avon.
¡Aguas! Si no sabe y se mete, porque la cantina en cuestión, es como un choricito largo, así que si alguno de ustedes que no están enterados que su cantina de confianza ya se convirtió en un leonero, se atreve a introducirse, igual si se arma una orgía o una pelea, puede que no salga virgen o ileso de la trifulca. Yo cumplo con advertirles el peligro, allá ustedes y su mala cabeza.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

El Ejecutor is back

Yo soy aquel, el mismo que, a finales del siglo pasado, fue objeto de estudios sociológicos en el Tec de Monterrey, precisamente en la cátedra de Comunicación de Masas de tan prestigiada institución, y es que, a los analistas de la conducta humana, respecto a las reacciones de las personas por mensajes emitidos en los “Mass Media”, les pareció sumamente extraño el éxito arrollador de una “anticolumna” social redactada por un “anticronista”, que en lugar de dedicarse a hermosear las notas con adjetivos, se especializó en embarrar de ignominia, oprobio y mierda, a cuanta persona se puso al alcance del amplio abanico moral de nuestra rutilante sociedad porteña.
Pero de eso, ya corrió agua abajo del puente, y dice Heráclito, el pensador griego, no crean que me refiero al Heráclito Bernal de los corridos cristeros, que nadie se baña en el mismo “river” dos veces, y el filósofo tiene toda la boca llena de razón, porque el tiempo ha transcurrido inexorable para todos, así que por obvias razones, algunos “clientes” habituales de mi columna, ya están empujando margaritas, y aunque dice Wilde, que los escándalos muertos no levantan ámpula, Irving Wallace asegura lo contrario, y yo, como soy muy respetuoso de los difuntos sagrados, prefiero citarlos nada más para matizar algunas historias de amores contrariados del presente.
Yo, como no soy El Ejecutor Fénix, no renazco de las cenizas, sino del aire, y no soy petulante al decir que no quiero ser, como describe Wilde a los mediocres que nunca se reponen de un éxito, así que, quiero dejar atrás esa etapa cerrada de los años que ya se fueron y anunciarles que este es El Ejecutor reloaded que regresa para hacer justicia a las suegras metiches, a los cornudos empresarios, a los padres abandonados por sus hijos, a los hijos abandonados por sus padres, a las hermanas pirujas que ya viejas se han enmendado, a los jotitos que se casaron para taparle el ojo al macho, a los rateros que lavando dinero ahora gozan de una buena reputación, a las arpías que en la decrepitud ahora se quieren refugiar en la religión para purificar su alma y curarse en salud.
El Ejecutor es una marca registrada en la oficina general de los derechos de autor desde hace veinte años, así que no tengo ningún temor de que alguien haya usado la idea para sobetearla en refriteadas columnas de chismes del espectáculo o de panfletos panegiristas -¡ah chinga! ni yo mismo me entendí- porque ya se sabe que no teniendo ideas propias, los escasos de sesera y nulos de talento, se firman lo que no escribieron o se apropian de lo que no les pertenece para presumir lo que nunca podrán tener ni yendo a las peregrinaciones al santuario guadalupano que regentea el Padre de Alba.
Mañana les contaré de un tugurio de mala muerte que se encuentra en el centro de la ciudad y que es “el único” lugar a donde van los jotitos que se esconden de los reflectores sociales de 12 de la noche a 5 de la mañana, y adentro se despojan de los atavíos falsos y pudores ancestrales…
“Y todos me miran, me miran, me miran. Y me solté el cabello, me vestí de reina, me puse tacones, me pinté y era bella y caminé hacia la puerta, te escuché gritarme pero tus cadenas ya no pueden atarme. Y miré la noche y ya no era oscura… ¡era de lentejuelas! (resic de una canción de la Trevi).

martes, 9 de septiembre de 2008

Café Plaza

Un día cualquiera, bien pudo haber sido un lunes o el jueves, estuve en el café Plaza, y aunque hace tiempo no pisaba el lugar, me dio gusto volver a ver a determinadas personas de las cuales no tenía noticia alguna desde muchos años atrás, por cierto, hablando de fantasmas que vuelven, divisé a lo lejos, a varios que creí ya estaban muertos, y algunos, que de seguro todavía siguen de parranda, porque a esos no los ví y me extrañó, ya que según tengo entendido, forman parte del activo fijo del restaurante ubicado en la mera esquina de Maclovio Herrera y Morelos
El café Plaza, a pesar de que tiene sus ayeres instalado en nuestra ciudad, aún no llega a colgarse el blasón con eso que se llama: “tradición” y es que hay muchas personas que confunden el término y piensan que lo de tradición es un adjetivo como rojo, alto, bonito o feo, bueno tampoco quiero hacer aquí, un profundo estudio de la etimología de la palabra, en realidad lo que quiero decir es que este restaurante tiene una atmósfera recreada en otras mejores épocas de Nuevo Laredo cuando cruzando la calle estaban los tendidos y es una arraigada buena costumbre para muchas personas.
“Vamos al café” quiere decir, por antonomasia, “vamos al plaza”. En este café se ha forjado gran parte de la historia de Nuevo Laredo. Y es una parte no menor, que va desde el planteamiento de campañas políticas hasta la difusión de nuevas filosofías dispuestas a echar por tierra todas las ideas anteriores. Aquí hay debates cotidianos sobre lo que le conviene a los ciudadanos y lo que de plano es perjudicial para la salud financiera del estado, y siempre se habla a grandes voces cuando así conviene, o a murmullos como en sordina si se trata de un secreto, del cual ya todos están enterados en el establecimiento, pero en cada mesa, se protege el copyright, disimulando que no saben lo que ya todos saben. Es el juego del disimulo perfecto, Oscar Wilde haría una obra de teatro con esa información.
El café como local comercial, no es el gran negocio, claro que eso habrá que preguntárselo a don Manuel Vela, pero las comandas por mesa, no suman los miles de pesos, sino unos cuantos cientos, y es que en realidad, el verdadero deleite de los asiduos visitantes al Plaza es pasar el rato frente a una taza de brebaje humeante y oscuro, capaz de despertar en el gusto y el olfato sensaciones tan poderosas como las que provocaba en Marcel Proust el aroma de una taza de té, y no porque sean tacaños, bueno, algunos si por ahorrativos, pero es que la mayoría de los parroquianos no van a comer casi nada, sino a lo que todo mundo hace en un lugar así, casi lo sienten como su casa o por lo menos una extensión de su cocina.
Según se dice, Balzac se tomó cincuenta mil tazas de café durante la redacción de su monumental comedia humana. No sé si algunos de “los placeros” hayan bebido tal cantidad de café, pero las horas de estancia a la mesa, quizás si sobrepasaron las de Honorato.
En fin, lo que he querido decir en todo este tiempo de redacción, es que estuve en el café Plaza y pude ver un “floor graphic”, ya sé que se oye muy mamón, pero así se llama, y en español, lo único que se me ocurre decir, es que es un pegote publicitario, pero de tal manera, que a la entrada del edificio, cuando das el primer paso para compenetrar, a lo mejor porque yo soy muy distraído, mi primer impulso fue el de agacharme a recogerlo, después me enteré que de eso se trata el truco, es eso que dicen los comunicólogos el mensaje subliminal de los anuncios.
Estar en el café Plaza es un buen termómetro para todo lo que ocurre en la ciudad, igual desde ahí se puede monitorear cada función pública, sin necesidad de asomarse a dependencia alguna, y por tanto me pude percatar de que nuestro periódico ya tiene presencia cotidiana y poco a poco se irá instalando en cada mesa de charla, quizás para dar el visto bueno a la información que se refleja en sus páginas, y con el paso del tiempo, de seguro será tomado como punto de referencia obligado para comentar las noticias.

domingo, 7 de septiembre de 2008

Wal-Mart

Nota aclaratoria: Este post es inédito, ya que nunca se publicó en el periódico Lider Informativo, pero como estas anécdotas son confeccionadas con el único objetivo de reirnos, ustedes y yo, pues se los envio para que recuerden esos días de inauguración de la famosa tienda que causó furor en nuestro pueblo.


Nunca, ni en mis sueños más extravagantes, es mas, ni cuando fui a la sierra oaxaqueña a visitar a María Sabina tuve esas orgiásticas imágenes de la masa que se mueve al primer impulso de sus necesidades primarias de consumado consumista en la recién inaugurada tienda Wal-Mart ubicada allá por la Coca-Cola.
Unas cuadras antes de llegar a las instalaciones pude ver las oleadas intermitentes de cientos de personas que tenían cara como si les hubieran dado feria de más, con una sonrisa de alienados que a mi me dio susto peludo, con decirles, queridos lectores, que hasta me dieron ganas de machucar a varios pero como acababa de lavar el carro, lo pospuse para otro día.
Pero la gente en las calles no era ningún indicativo de la muchedumbre que ya se encontraba adentro de la tienda, y la verdad, se los juro por ésta, que nunca había visto a tantas personas juntas en un sitio bajo techo, y menos para ir a gastar dinero, es más ni en los outlets de San Marcos, Texas a donde va todo mundo para comprarse trapitos baratos de buena marca aunque de la temporada pasada.
Fácil, fácil, había unas dos mil personas, y eso a ojo de buen cubero, sin hacer cuentas rancheras ni echar mentiras como encuestador de inegi, claro que no voy a hacer apología del merchandising del imperialismo americano -sonó como a discurso antiyanqui del presidente Chávez- pero me gustó la tienda, aunque tengo que decir que los artículos estaban llenos de polvo y había una desorganización bien organizada.
El centro comercial es bueno, digo lo que alcancé a ver, porque era tal el gentío que no se podía dar un paso sin pisar a alguien, luego había mucha gente dizque comprando en el departamento de carnes frías pero en realidad nada más estaban en el mostrador hartándose con las degustaciones de las marcas que promueven sus productos.
Andaban muchas gordas en bola -conste que no es pleonasmo-, y cuando las vi, hasta pensé que era un stand ganadero que los gerentes habían dispuesto para anunciar los distintos cortes de carne que venden, pero luego que se empezaron a salir en desbandada del corral, digo del local, entendí que eran unas dichosas mujeres que no se preocupan por andarse amarrando la tripa.
Lo que me gusta de Wal-Mart es que venden buenos productos de todo el mundo; el precio no me importa que al cabo yo pago con vales de despensa que le robo al vecino que vive en Falfurrias, Texas y viene cada mes a revisar su casa, pero como él recibe foods stamps del “welfare”, ni se acuerda de su pensión mexicana.
Por cierto y ya que ando en eso de las compras de lo que me gusta, quiero recomendarle al gerente local de la cadena que le solicite a sus proveedores muchos timbales de nieve häagen dazs de preferencia de “coconut sepaquehit” que es mi favorita y que no pude ver si tenían en existencia porque entre el departamento de congelados y la sección de pescadería había un congestionamiento vial que me impidió el paso.
Ya les he comentado queridos lectores que odio las multitudes y que entro en pánico esquizofrénico si me encuentro atrapado en el medio de más de 20 personas, así que le supliqué a mi hermana Ana Lilia y a su esposo Elías que de una vez enfiláramos hacia la salida porque ya me estaban dando los inequívocos síntomas de náuseas, váguido y temblor descontrolado en el cuajo, así que con la invaluable ayuda de mi sobrino Fernandito abriéndonos paso entre las alarmantes olas de gente deseosa de entrar, nos fuimos rumbo hacia el estacionamiento y antes de atravesar las puertas, estaba un pilladero por causa de la bolsa de una señora y un guardia de seguridad la tacleó para revisarle hasta el puente dental como si fuera un policía del aeropuerto de Nueva York.
No supe que pasó después pero sentado en el carro respiré con profundo alivio. Al llegar a la casa -la casa de ustedes como dicen los chilangos- me puse a escribir la aventura de Wal-Mart para contárselas en la columna que están leyendo.

sábado, 6 de septiembre de 2008

Polvo Enamorado

Autor: Mauricio González de la Garza
(1923-1996)

Fui un náufrago de mí
Nocturno de dolor
Angustia, polvo y nada.
Soy, soy aquel que se perdió
Buscando la razón del alma y las estrellas

Tú llegaste a mí sufrir, resurrección de luz,
Amor, pasión y vida
Soy aquel dolor de ser, por ti he vuelto a nacer
Soy polvo enamorado.(se repite)

José José, la interpreta de manera magistral.

Pueblo Sin Ley


Vivimos en un pueblo sin ley, en una selva tupida de corrupción espolvoreada con droga que circula como polvo de hornear. No permitamos que la delincuencia gane la partida, hagamos un frente común para cuidarnos unos a otros, propongamos a nuestros vecinos de cuadra, de barrio y de colonia, cruzadas de vigilancia para que los vivales, sepan que no estamos a su merced, ni bajo su dominio.
No sugiero que todos andemos armados, porque una cólera suelta aprovecha el resquicio para asomarse y detonar la pólvora, eso sería como dar permiso para matar, pero tampoco podemos quedarnos con los brazos cruzados mientras los demenciales sujetos nos despojan no sólo de nuestras pertenencias, sino hasta de nuestro sueño.
La sola idea de caminar por las calles del centro de la ciudad o acudir a un centro comercial produce escalofríos, pavor y contracciones peristálticas.
Los temerarios que se atreven a deambular, por necesidad o insensatez, por solares de las colonias de la periferia, están conscientes de que entran a un campo minado de malandrines dispuestos a cualquier cosa con tal de conseguir sus aviesos propósitos.
Es cierto que nada tenemos más seguro que la muerte, pero debemos de impedir que nos llegue por una bala, por una cuchillada o por golpes bajos de los ladrones que pululan en todos los puntos de nuestra vilipendiada ciudad.
La principal labor de nuestros gobernantes es proporcionar tranquilidad y bienestar colectivo, para eso les pagamos de nuestros impuestos, si no lo cumplen, es que son un mal gobierno.
No olvidemos que son nuestros empleados, que somos nosotros quienes al votar por ellos, decidimos que se encargaran de administrar nuestras riquezas, no permitamos pues, que nos roben y que además nos engañen. Exijamos lo que por derecho nos corresponde. No permitamos que nos sigan dando atole con el dedo.
Nuestras autoridades no deben de olvidar que su tarea es cuidarnos. Recordémosles que gobernar no significa aparecer en todos los medios difusores de noticias con cara de: “aquí no pasa nada”, eso es actuación pagada con nuestro dinero.
No queremos estrellas televisivas, ni imágenes impresas de la cara del poder, queremos hechos, exigimos paz, tranquilidad y orden público. ¿O acaso es mucho pedir?

viernes, 5 de septiembre de 2008

Gabo Cobrón

No pido que lo fusilen, pero mínimo que cesen del cargo, que ostenta sin méritos evidentes, a quien se le ocurrió la brillante idea de imponer el nombre de Gabriel García Márquez a la restaurada Estación del Ferrocarril. Lo dije en mi anterior colaboración para este blog que también se publicará en la edición dominical del periódico Líder Informativo, esta afrenta ha sido una patada en medio del orgullo para la gente decente de nuestro solar fronterizo, ya que habiendo tantos personajes; unos vivos, y otros no tanto, que poseen suficientes méritos para otorgarles dicho homenaje, hayan traído desde Nueva York al petulante escritor colombiano.
No conformes con tan grave ofensa, esta infame turba de nocturnas aves –no lo digo yo, sino Góngora- que son muy generosos con el dinero ajeno, sustrajeron del erario, es decir, de nuestros recursos económicos, de los impuestos que desembolsamos ustedes y yo, una fuerte cantidad de dólares para pagarle su visita de una hora –con reloj en mano- al recinto que, en una fiesta “privada”, inauguraron la pasada noche del jueves cuatro de septiembre.
Lamento tener que informarle a nuestro carismático alcalde que con este evento se le fueron las patas, claro que él no tiene la culpa de nada si para eso delega comisiones, pero si hasta un ama de hogar sabe elegir a la empleada doméstica idónea para desempeñar las funciones que requiere la casa y sus moradores, digo, él, que se alquiló por un sueldo para cuidar de nuestros bienes y administrar el dinero para que nos alcance para todo lo que haya que pagar en nuestra casota que es Nuevo Laredo, tenía que haber estado más pendiente de este bochornoso asunto que nos indigna y nos avergüenza.
No solamente le pagaron por venir, sino que tomaron “unos centavitos” del arca abierta para organizar una fiesta en la que nada más estuvo la cofradía cultural y sus compinches, a menos de que la reunión haya sido de “traje” y cada quien hubiera llevado unos sandwichitos y ensaladas del eichibí”, eso si es no tener madre, porque una cosa es que pidan raid y además quieran manejar.
Nada les hubiera costado hacer una verbena popular en la placita Primero de Mayo para celebrar que el horrendo edificio de la Estación que más bien parece galerón, haya sido remodelado para tan noble fin como lo es la lectura, pero les faltó sensibilidad política, se fueron con la finta de que como ellos son los que mandan también son los que deciden quienes entran a la fiesta y quienes se quedan afuera.
Dicen, a mi no me consta, que no estuve presente esa noche, que un señor de nombre Julio Zambrano, cuyo origen ignoro, puso a ensayar a los invitados para que al paso del escritor de “Cien años de Soledad” nadie fallara en el intento de arrojar pétalos amarillos a sus pies, yo, de cabrón y mula como soy, le hubiera intercalado polvos pica pica y uno que otro huevo de ónix para que se armara la gresca, no es por asustarlos con el petate del muerto, pero si en mi lugar, escribiera mi amá, ya les hubiera mentado la madre veinte veces, pero como soy civilizado, prefiero guardarme los insultos para una mejor ocasión.
Ramón le entregó a Gabo las llaves de la ciudad y como el escritor se fue directo a la capirucha mexicana, no se le vaya a ocurrir regalárselas a López Obrador y el presidente “legítimo” de la nación, se introduzca al pueblo a media noche para organizar una resistencia civil pacífica en plena avenida Guerrero o un segundo piso del puente internacional. ¡Líbrenos Dios! de todo mal.
Bien decía mi abuelita Chona que era muy sabia y lo que le sigue: “a mi, el dinero me sirve para conocer a la gente”. Que alguien le diga al rey que anda desnudo.

jueves, 4 de septiembre de 2008

Gente de Aquí

Fernando Tovar

Es cierto, yo he hablado mal de la feria, pero no de la institución, que a mi me tienen sin cuidado sus movimientos financieros, digo, si no soy Barranco Chavarría para pedir cuentas de un dinero que no es mío, a lo que me he referido, y lo sostengo, es en el sentido de que ya no tienen el mismo éxito de convocatoria para el certamen en el cual eligen a su reina, siendo que antes todo mundo iba a darse “baños de pueblo” a los terrenos de Expomex y ahora nadie que sea de alto perfil, se aparece en esos feudos ferieros.
He criticado, eso si, que en el teatro del pueblo, siendo que cobran una buena lana por la entrada, cada año presentan “grandiosos espectáculos”, entre otros: al Payaso Bolita y su gracioso perrito bailarín, la Banda Calzonuda de Chipiculco, al Mago Ramúa y como acto estelar a la legítima y auténtica Princesa Zoraya encantadora de serpientes burócratas, además, por si esto no fuera suficiente, en lugar de ofrecer a la familia fronteriza, shows dignos para no herir pudores ajenos, en los stands de las cervecerías, andan chacualeando sus pellejos, las sexys encueratrices sexagenarias con la venia de los directivos que no velan por la salud moral de nuestros inocentes niños que visitan cada septiembre ese centro de diversión que les encanta.
En fin que ya empezó la feria el viernes, pero como esta columna la redacto desde el jueves, todavía no ocurre, pero estoy contento porque de seguro veré a la preciosa reina Samantha Mabel I. que va a hacer entrega de su corona a la nueva soberana Cindy Peña, así que de eso hablaré hasta la otra semana. Espérenme sentados porque parados se van a cansar.

Leones darán “El Grito”
El nueve de septiembre

Los Leones darán “El Grito” el nueve de Septiembre, pero no crean, queridos lectores, que el grito será de dolor, sino de puritito gusto, ya que los susodichos son típicamente mexicanos aunque pertenezcan a “Lions International” como casi todos los clubes felinos del globo terráqueo y celebrarán el día de nuestra independencia con una gran fiesta en La Cueva, a la que, por supuesto, ya estoy requerido.
Dicen que habrá cazuelas de todos los deliciosos antojitos mexicanos pero yo iré con un bozal porque como vivo a dieta, no podré comer nada de eso, que es muy exquisito pero súper engordador, aunque mi nutrióloga me dio permiso de picar un poquito, siempre y cuando no me abalance sobre el vernáculo bufet, porque luego me voy a arrepentir, y para colmo, además de pagar consulta con la que me diseña los menús diarios, también voy a tener que desembolsar una feriecilla extra para acudir a terapia sicológica.
Ese ámbito de cadenas tricolores, hartos confetis, multi serpentinas, Adelitas trenzudas y charros bragados, será presidido por el A.A Rubén López Escamilla, su esposa Marichú Adriano de López y la actual presidenta del Comité de Damas, la distinguida señora Normita Vázquez de García, a quienes tendré el gusto de saludar esa noche en la que prometo ir vestido como El Chicote en “Ay Jalisco No te Rajes” para ir a tono con esa fiesta en la que también habrá mariachi y mucho tequila escocés, porque a mi no me gusta el mexicano y prefiero que me sirvan en vaso alto que en caballitos chaparros como ponys –dicho sea sin ánimo de ofender a nadie-.
Saludos al Notario Público Lic. Juan Gonzáles Punzo y a su esposa la Lic. Alma Fisher de González Punzo que de seguro andarán ahí, ya que son charros de hueso colorado y antigua raigambre patriótica, a los dos los estimo mucho y aprecio la trayectoria social que han desarrollado en nuestra ciudad. Nos vemos ese día.

Mabel Galilea Flores
es linda cincoañera


Yo me acuerdo que en los tiempos de mis hermanas jamás se usó, pero con eso de que todas las nenas de las respectivas familias, son las princesas de los papás, pues ahora, se estila que al llegar a sus primeros cinco años, se les ofrezca una misa de acción de gracias, vestido y jolgorio en grande, como en el caso al que me voy a referir, y se trata del cumpleaños de la hermosísima, y lo que le sigue, Mabel Galilea Flores hijita de mi amiga Berenice Sosa a la que yo cariñosamente llamo “La Güera” cuya foto en la que nuestro gobernador Eugenio, la tiene apergollada por la cintura -o donde antes se localizaba un esbelto talle-, ya publiqué en esta misma columna y, que luego le dio la vuelta al planeta a través de la red mundial cibernética.
La nena bailó el tema instrumental de “La Bella y La Bestia” del brazo de su apuesto chambelán David Amaro González que ataviado con un tuxedo negro elegantísimo y chaleco dorado para dar “match” con el vestido de gran gala que lució la radiante cincoañera que a decir verdad, se divirtió muchísimo acompañada por su orgullosa mamá que fue la que anduvo del tingo al tango organizando todo.
Estuvo presente el papá de la festejada, Sr. José Abelardo Flores Cortez y la abuelita Lucha, pero la ”Tita” materna no pudo estar ya que se fue a Acapulco a acompañar a su hijo a un torneo de taekwondo que tan de moda está en nuestro país.
Eso no fue todo, cuando parecía que la fiesta iba a terminar tranquila, que de repente y como si alguien hubiera movido la piedra, llegaron los orates del “Mariachi Loco” y que tocan a trompetazo limpio bajo los acordes del violín, el guitarrón, las maracas y el guiro, jotearon a todo lo que dio y así como llegaron se fueron pero dejando un ambiente de alegría que perduró hasta que terminó la fiesta en el salón Granada. ¡Happy Birthday! Preciosa Princess.

Cámbienle el nombre a
Estación del Ferrocarril


No ha sido lo más correcto, lo digo sin temor a ser parcial, de que hayan impuesto el nombre de García Márquez a la renovada Estación de Ferrocarril y no me parece justo que este homenaje le sea adjudicado a un extranjero que, si bien es cierto es un extraordinario escritor, pero por muy nobelado que sea, considero que hubiera sido más gratificante para los neolaredenses, que llevara el nombre de DON Mauricio González de la Garza, aunque yo sé que él no lo hubiera aceptado, porque además de poseer una de las inteligencias más lúcidas de su época -y de todos los tiempos- era un hombre al que no le gustaban las lambisconerías oficiales, pero yo que puedo, tengo que elevar mi airada protesta ante las autoridades (in)competentes para que le cambien el apelativo a la Estación.
Tal vez sea que no conocen la obra del Dr. Mauricio e imaginan que sólo fue un periodista atrevido y sincero, pero nuestro paisano, además de ser un profundo analista de la política a la mexicana, tenía tres doctorados reales, es decir, estudiados con tesis y todo, no eran por honoris causa como tantos que se han dado para sombrerear a los indejos que están en las cúpulas del poder. ¿A quién le consultaron? Quieren hacer y deshacer como si el dinero del pueblo y los bienes históricos fueran suyos. Perdónalos Señor que si saben lo que hacen pero fingen que tu madre la virgen les habla y a veces no la ven ni pestañear. Ya dije.

martes, 2 de septiembre de 2008

Don Chito Longoria

Las nuevas generaciones no conocieron a Chito Longoria. ¿Les dice algo el nombre? ya sé que no, pero es que nació a principios del siglo 20 y murió en 1986 dejando viuda y desconsolada, pero muy rica, a Jeannette Longoria, una de las mujeres más emblemáticas de la realeza social de nuestro país.
Fue uno de los hombres más ricos de México en una época en que las fortunas no eran tan desorbitadas como ahora que se hablan de miles de millones de dólares.Chito, tenía su feudo allá por la gloriosa colonia Hidalgo; dueño de la mantequera, de un banco y de otros negocios, pero era, sobre todo, poseedor de unas de las inteligencias más brillantes que jamás hayan existido, y aunque no nació aquí, sino en un ranchito cercano en el estado de Nuevo León, siempre se consideró paisano, pero él con un sentido del humor muy especial, cuando alguien le preguntaba ¿Chito, eres de Laredo?, respondía “No soy de Laredo; Laredo es mío”.
Me acordé de don Chito, porque cuando viví en la ciudad de México, su viuda Jeannette, se mencionaba en todos lados, igual en los cerrados círculos del arte, que en los socialités o los de espectáculos, y claro que a mi me enorgullecía escuchar el apellido Longoria que a los nacidos en Laredo, nos suena muy familiar, casi casi como si fuera parte de nuestra información genética.
Yo no llegué a conocer a Jeannette, pero estuve a punto, ya que en 2003 asistí a una fiesta de cumpleaños del niño Jumex que tiene una de las colecciones de arte moderno contemporáneo más importante y representativa de América Latina, no digo que Eugenio López Alonso, hubiese sido mi amigo, pero si puedo presumir que teníamos amigos en común, y una señora de todas sus confianzas, me avisó que ahí andaba la deslumbrante dama y socarrona me dijo: “ve a saludar a tu cuasi paisana”.
La verdad es que me dio penilla, porque Jeannete es una de esas mujeres que a pesar de sus 70 años, en aquel año de 2003, se veía francamente espectacular y de una elegancia suprema, no por nada, siempre ha estado en el top de las mejores vestidas a nivel internacional, y verla así, en pleno dominio de la escena, con movimientos casi histriónicos en el medio de un grupito de señoras no tan guapas como ella, pero igual de despampanantes, me abrumó y preferí quedarme con las ganas de verla de cerca.
Don Chito era una persona que a fuerza de interpretarse a si mismo se convirtió en un personaje mítico, claro que llamaba la atención por su dinero, pero también por ser quien era, y aunque no fue precisamente muy magnánimo ni caritativo, gracias a él, Laredo se revitalizó económicamente y apareció en el panorama industrial del país.