Lo que me ha quedado muy claro es que los e mails son
públicos, es decir, además de la persona a la que están destinados, cualquiera
los puede leer, digo, si ni Petraus, que era el hombre más poderoso de Estados
Unidos, se salvó del fisgón ojo ajeno, que puede esperar uno que es Juan
pueblo, naturalmente que yo nunca mando información privada a nadie, a veces,
sólo a veces, envío tarjetas de felicitación por los cumpleaños o por los
aniversarios de boda, soy tan parco en mis mensajes electrónicos, que ni
siquiera en navidad mando de esas tarjetitas ñoñas como todo mundo lo hace, y
si, Hotmail ya estaba dando patadas de ahogado, con este escandalazo del
general de cuatro estrellas de la Central de Inteligencia gringa, lo más seguro
es que todos los usuarios cierren sus cuentas, en realidad, dicho servicio se quedó
obsoleto, pero es tan indispensable como la credencial de elector, ya que, en
todos los sitios en los que uno abre una cuenta de lo que sea, te exigen un
domicilio para saber si tienes arraigo al internet, antes, muy antes, me
llegaban cientos, y a veces, miles de cadenas, igual de mi preferido san
Juditas que de la virgen Guadalupana o uno que de tan repetido me lo aprendí de
memoria, el de Jesús que toca a tu puerta y pide que lo dejes entrar, no digo,
no, Dios mismo me libre de tener un mal pensamiento para él mismo, que me caían
gordos todos esos mensajes, o sea, claro que reenviaba los primeros doce mil quinientos
sesenta y tres correos del toc toc, pero el colmo de esas oraciones que le dan
la vuelta al mundo en menos de una hora, es que, todavía que la abres y haces todo
lo que te indican en las instrucciones, en letras chiquitas se lee: “si rompes
esta milagrosa cadena san Juditas se va a encabronar contigo y quien sabe cómo
te vaya a ir”, bueno, no así exactamente ni con esas palabras, pero el texto
indica una velada amenaza de que te quedará sucia la conciencia si no te pones
en chinga a darles curso a los e mails espirituales, por lo menos, eso sí, queda
uno muy bendito o como lo dice mi tía Carlota “bendecido”, y les decía acerca
de don David Peatraus, si por eso empecé esta columna, para comentarles que
este caso, que de la admiración al septuagenario de todos los del sexo fuerte,
perdonen esa frase, pero tenía ganas de usarla, por haber estado comiéndose a
su biógrafa, hemos pasado a la generalizada rechifla, porque en siendo el jefe
de la inteligencia no demostró gran inteligencia para no caer en la trampa de
la mujer que primero le hizo creer que estaba en sus manos y la realidad es que
había caído en sus garras, pues hoy empieza el buen fin, que a mí no me parece
como si de verdad ofrecieran buenos precios, además, la situación está tan
jodida, que si mi vieja se va con otro, yo me voy con ellos, así que, aunque
les adelanten el aguinaldo, no se vayan con la finta y se gasten hasta lo que no
tienen, pues hoy es el cumpleaños de la diputada federal Cristabell Zamora Cabrera,
y así como ha recibido muchas felicitaciones desde temprano, quiero unirme a esta
andanada de buenos deseos para la guapa y activa legisladora que ha hecho una
estupenda labor para beneficiar con obras por casi 1900 millones de pesos a los
neolaredenses, espero que me inviten a la carne asada en su honor, a mí, ella
me cae bien, así de entrada, sin haberla tratado demasiado, me parece una mujer
joven con un liderazgo natural, no por nada ha llegado a ocupar un escaño
elegida por voto libre y secreto entre los ciudadanos, y antes de finalizar la
presente Guillotina, quiero avisarles que me han invitado a participar en un
congreso internacional de nuestro idioma, por supuesto que acepté, pero no me
parece correcto que me hagan el convite a esta reunión, ya que, mis artículos
están plagados de errores, horrores y tumores semánticos, así que, sobre aviso
no hay engaño. Ya dije.
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