No quiero ser abusivo con ninguna de las mujeres mayores que
se arreglan toda la cara, pero considero que deberían de tomar conciencia de su
avanzada edad, y que de una vez por todas, les caiga el veinte que después de los
cuarenta nada volverá a ser igual, lo peor no es que quieran restirarse los
pellejos, que eso no es tan impactante, sino que el resultado es tan cómico y
ellas están tan infatuadas con su propia imagen, que no se percatan de las
burlas de la gente, y por pretenciosas, han de pensar que todo mundo voltea a
verlas para admirar su belleza, conste que no estoy tirándole indirectas a
nadie, pero no sería mejor que se dejaran sus dignas arrugas, ya sé que nadie
me ha pedido consejo, pero les recomiendo que no le hagan caso a las cabronas
de su comadres, digo, si se consiguen un médico que les devuelva el brillo a su
mirada, quédense con ese, que para discurrir por la vida con cara de catalogo
de quirófano y con los ojos sin bolsas pero sin vida, es mejor que se pongan en
la cabeza una bolsa familiar de Sabritas y así, aunque no tengan ganas, les
sonreirán a la gente que las rodea o las vean pasar como La Bikina, en Twitter
me han dicho de todo, menos guapo, y es que, los tuiteros como dice Jaime Sabines
en Los Amorosos, no tienen ni a Dios, ni al diablo en su corazón, así que, si
yo, por ejemplo, que soy un súper estrella en dicha red social, cada vez que me
refiero a las corridas de toros en el sentido práctico de que me agradan, de
inmediato, como si les hubieran puesto un cuete en el cubo, reaccionan
iracundos mentándome la madre y otras vulgaridades de su limitado vocabulario, bueno,
pues eso exactamente me acaba de pasar con un dizque defensor de los
semovientes, que de seguro ha de comer puras yerbas, yo, que nunca he sido nada
dejado, le reviré con unas palabrotas dignas de cualquier alvaradeño, pero es
imposible debatir acerca del tema, en gustos se rompen géneros, la palabra
clave es respeto, si a algunos no les agradan las corridas, pues que no
asistan, pero que a los taurinos nos dejen en paz de una vez por todas, al que
no le irá nada bien con el peliagudo asunto del Sindicato Mexicano de
Electricistas, es a don Enrique Peña Nieto, ya que, don Felipe Calderón no pudo
aniquilarlos por completo, y es que, este México en el que vivimos, no es el mismo
de hace 50 años, y un presidente no es todopoderoso como antes, resulta que si
todo parece ir sobre rieles para el líder charro Martín Esparza y sus
agremiados, el gobierno transformado en patrón tendrá que pagar los salarios
caídos a los ex trabajadores que se quedaron con una mano adelante y otra
atrás, cuando el preciso les quitó la escalera, así que, si el ministro don Juan
Silva Meza presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, se pone de
lado de los miles de mexicanos afectados por la decisión presidencial, en
cualquier momento, esa bomba econoatómica le explotará en las manos al bien
peinadito esposo de doña Gaviota, mientras eso se cuece a fuego lento en las
instancias adecuadas, Thalía anda de candil de la calle en Nueva York ayudando
a los damnificados del huracán Sandy, pero no le alumbra con unos centavos a su
abuela Eva Mange, otro que anda muy feliz es el corredor Checo Pérez que ya
está en fórmula uno y no es para menos, si el padrino que tiene es Carlos Slim
Domit, si yo tuviera un mecenas de esa categoría, mi columna se publicaría en la
portada del New York Times y me condecorarían con el premio nacional de
periodismo, no, no es envidia, que no padezco esa enfermedad venérea del alma, es
más, si me dieran a elegir entre vivir modestamente en mi globero pueblo acompañado
de mis seres queridos o estar en un castillo deslumbrante a la orilla del
mediterráneo, desde allá les mandaría saludos a mis adorables metiches tías y a
mi prima Estefani Guadalupe que es mi favorita. Ya dije.
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1 comentario:
De acuerdo en que las arrugas se llevan con gusto, bueno eso digo ahora que no tengo, espero envejecer con dignidad (Jamas entendí a que se refieren con eso! pero se lee "nice")... En cuanto a los mecenas que nos hacen falta, sería genial saludar desde la costa del mediterráneo, o hablar del móvil en un ferrari afuera del "depa" en Manhattan, en fin, cuando razonamos somos simples mortales, pero cuando soñamos nos convertimos en dioses... Así que a soñar y claro al despertar perseguir esos sueños hasta alcanzarlos... Abrazito :)
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