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viernes, 14 de septiembre de 2012

Víctor Hugo Sánchez


Mi amigo Víctor Hugo Sánchez, que no es cualquier @hijodevecino, aunque, en su cuenta de Twitter, ese es, precisamente, su nick de usuario, y es que, este connotado periodista de espectáculos, sin duda, el único serio de la fuente, al que, todos respetan y admiran, es P.R, o sea el publirrelacionista de artistas de talla mundial, por darles un ejemplo, es el que le lleva ese rubro a la talentosa Adriana Barraza, la mismísima actriz nominada a un Oscar por su soberbio trabajo como una indocumentada en una de las extrañas películas del mexicano González Iñarritu, pero antes de que Salma Hayek saltara a la fama interplanetaria, él le llevaba sus relaciones para colocarla en los diversos círculos que le ayudaron a la ahora diva veracruzana para situarse en el mapa de las estrellas jolivudenses, pues a él, le acaba de ocurrir, una de esas anécdotas que a cualquiera le pueden pasar, pero no cualquiera las podría narrar como éste, que si escribe con toda la mano, así que le he robado su relato en primera persona, bueno, eso es un decir, que yo nunca tomo lo que no es mío, y luego me lo firmo para que mis lectores se crean que es de mi autoría, en jamás de los jamases lo he hecho, a veces, sólo a veces, he tuiteado párrafos completos de Neruda de la canción desesperada que ni es canción ni habla de desesperación alguna, pero basta ya de cháchara, este es el cuento tan chistoso al que me refiero, léanlo y disfruten como yo lo he disfrutado: “Pareciera que estas situaciones me persiguen o, de plano, yo puedo reírme de cualquier tontería que me ocurra... Juro que esto que leerán es real, sucedió hace unas horas... Luego de comer con Ximena, muy cerca de la casa, regresamos y la nena me dijo: "Papá, me invitas un helado?", y en esa idea romántica del papá, la hija, el helado, pues accedí de inmediato y yo, como estoy a dieta, me abstuve... Fuimos a una heladería Santa Clara (para mi muy insensible gusto por los postres, éstos son los mejores helados que conozco), y una vez que transcurrieron casi 10 minutos, me desesperé, pues la nena no se decidía por ningún postre... Como soy bien desesperadito (a algunos de ustedes les consta), me fui directo a la caja, no sin antes preguntarle a la adolescente: "¿De cuántas pelotas será tu helado? ¿Cono o vaso?", y he aquí que algunos de ustedes saben que, por alguna extraña razón aprendida de mi papá, al contenido de un helado le llamo pelota, así, pelota... Ximena respondió que dos pelotas de helado en vaso... Me fui a la caja, e intenté pagar: "¿Me cobra un helado de dos pelotas en vaso?", le dije, y la pobre cajera, sin saber que se topaba conmigo, me dijo, sin pensarlo, sin razonarlo, sin malicia alguna: "¿DE QUE SABOR SON SUS BOLAS?"... Aaaaaaaay!!!  Mi carcajada aún retumba en la colonia Del Valle... Y ya ni digo todas las pendejadas que se me vinieron a la mente tras esa pregunta... Soy un naco, lo sé... Sorry... Mis bolas... sabor... oh, no... Yo, qué diablos iba a saber que en Santa Clara te cobran, dependiendo el sabor del helado!
Y así, entre bolas de sabores o sabores de bolas, yo también me he reído lo suficiente como para liberarme de los demoños de la depresión económica, de la inseguridad del pueblo y la violencia galopante del país entero, por cierto, que tengan cuidado esta noche, no se vayan a exponer a lo pendejo, que la vida no retoña en macetas, si van a salir a celebrar, que sea auna casa de confianza y si pueden, si ya están medios pedos, no se expongan a salir a la calle, ya sé, que a todos, cuando andamos a medios chiles, se nos hace fácil, y decimos total qué nos puede pasar si nomás vamos aquí a la vuelta, pues no, no le busquen mucho ruido al chicharrón y si van a una casa de familiares o de conocidos, mejor quédense a dormir bajo un techo seguro, que, al cabo, como decía mi amá, cuando llegaban visitas de Saltillo… “todo el piso es cama”. Feliz Día de El Grito. 

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