Yo no soy ejemplo de nada, ni siquiera de buen hijo, ya que,
para los padres no hay hijo malo, así que, siempre estoy protegido por el amor
ciego de mis progenitores, pero de lo que sí puedo presumir es de mi devoción a
la virgencita de Guadalupe, y no, no es un chiste, que tampoco soy Polo Polo,
es cierto, que de pronto soy lépero, cabrón y maldiciente, pero no soy así todo
el tiempo, este Ejecutor que ustedes leen, es nomás un personaje inventado por
mí para divertirme a mis anchas, además, y por si no fuera suficiente alegría
ejercer mi oficio de tecleador profesional, cada quincena, esta sacrosanta
empresa editorial, me paga puntualmente un chequesote que es verdad no me saca
de ningún apuro, y a veces, sólo me alcanza para comprar las croquetas de mi
perra chihuahueña a la que bauticé con el nombre de Elba Esther, pero vivo
agradecido por la oportunidad de publicar mi colaboración, que antes era de
lunes a lunes, y ahora nada más de lunes a viernes, y pasando a otros asuntos, hoy
empieza el famoso maratón Guadalupe Reyes en el que todos participamos aunque
seamos muy chambeadores, y es que, la vida parece detenerse, o al menos
alentarse, mientras se brindan honras a la morenita del Tepeyac, yo siempre voy
a la parroquia de Guadalupe a la misa de gallo, y ahora con mayor razón, porque
en mi familia todos seguimos vivos, bueno, no todos, que hay algunos medio
pendejos, a pesar de la violencia galopante en nuestro globero pueblo, y de
que, hay más balazos que en una película de los Almada, no nos ha tocado el
infortunio de padecer ninguna tristeza por la inseguridad que nos agobia, pero
no nos ha paralizado, también es cierto, que en este barrio en el que vivo,
jamás se han dado enfrentamientos violentos de ningún tipo, no quiero ser
malagradecido con los sorchos, pero en lo personal, me dan más miedo los
convoyes de los soldados que las trocas con vidrios polarizados, porque ya se han
metido dos veces a las casas de conocidos que ni la deben y no deberían de
temerla, pero eso, por el momento, es lo de menos, ahora resulta que la que se
iba a subir al avión de Jenni Rivera es la perniciosa viciosilla de Alejandra
Guzmán, pero yo a esa ya no le creo nada, quesque habían cenado esa misma
noche, entonces, la difuntita le dijo: “vámonos en mi avión, yo te doy un raid”,
pero que ya no se hablaron por teléfono para confirmar el viaje, o sea, la hija
de Silvia Pinal, lo que quiere decir entrelíneas, es que, es una favorita de
Dios, que se ha salvado de casi todas, nomás falta que se meta a la religión
como Yuri para cantar la de “Hacer el amor con ocho” en los cultos,
lamentablemente, tengo que dar la infausta noticia de que se encontraron los
restos mortales de Jenni y sus acompañantes, por supuesto, que no daré detalles
al respecto, si no soy reportero de nota roja, pero dado el avionazo, no quiero
ni imaginarme lo que quedó de estos desafortunados seres humanos, pero mejor
dejemos ese polémico y triste Juan Manuel Márquez le dedicó la pelea a nuestro
flamante presidente de la república, ojalá que EPN le dedique lo de la Reforma
Educativa, pero a mi me está pareciendo demasiado sospechoso que Chuki Esther
haya mandado a decir con su vocero oficial que está de acuerdo con dicha
reforma, y no es normal que la máistra doble las manitas a la primera de
cambios, algo debe haber de tenebroso en este inquietante asunto de la mentada
reforma que no trae nada nuevo, hagan de cuenta, que es algo así como lo ideal
en la educación mexicana desde los tiempos de Vasconcelos, en fin, que así es
este México de contrastes tan rotundos, estoy seguro que si alguien me hubiera
dicho hace algunos años que esto pasaría con la educación en nuestro país jamás
lo habría aceptado ni siquiera como una
remota posibilidad. Feliz día a las Lupitas.
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