Yo lo único que le he pedido a Santoclos es que todos los
niños, además de un pan, tengan un juguete para disfrutar de esta navidad, y es
que, lamentablemente, aunque existen muchas asociaciones civiles en nuestro
globero pueblo, muy poco pueden hacer para cubrir todas las necesidades de los
huercos de las familias más pobres de Nuevo Laredo que son varias decenas de
miles, aunque es verdad que existen muchos grupos que es más lo que se roban
que lo que reparten, pero de esos ruines ya se encargará diosito santo que es
testigo de todo cuanto ocurre en la tierra, estos hijos de la chingada que
piden con la derecha y se lo roban con la izquierda, algún día pagarán por sus
maldades, pero no quiero que esta columna se llene de amarguras y desazones,
que bastantes hemos tenido durante este 2012 que ha sido el peor año de toda la
historia de nuestra ciudad, y no sólo por la inseguridad, sino también porque
hay un manojito de imbéciles que viendo como estamos de jodidos, todavía
quieren que hablemos bien de Nuevo Laredo, y digo, no será suficiente el hecho
de que estemos soportando estoicamente todo lo que ha estado sucediendo en
nuestro solar porteño, o a lo mejor, lo que quieren estos masiosares, es que
salgamos a las calles para gritar a brincos de alegría que no nos ha tocado la
desgracia de una bala perdida, mientras ellos muy orondos se pasean por las
tiendas de Laredo y San Antonio, Texas, eso de que tenemos que hablar bien de
nosotros mismos, para tratar de engañar al mundo exterior de que aquí no pasa
nada para que vengan a exponerse a nuestras calles asoladas por malosos, no
será una canallada de la peor bajeza, es decir, si hablamos bien de que aquí es
Pueblo Quieto entonces se vendrán en manadas los turistas nacos que comen en el
México Típico y luego se van a las margaritas del mercadito Maclovio Herrera,
pero nadie puede tapar el sol con un dedo y nuestros antiguos visitantes, esos
que han dejado de cruzar el puente, no son tan tontos para tragarse el cuento
de que la paz y la concordia se han sentado en una banca de la plaza Hidalgo
para coexistir con los ciudadanos de a pie, ya sé, que esta Guillotina la he
usado para compartirles mis avatares personales y familiares, pero como ninguno
de ustedes, queridos lectores, se ha quejado, he seguido narrándoles de los
misterios de mi alma y de las vicisitudes de mi ser, con la soltura espiritual
que me ha caracterizado durante los muchísimos años que tengo en este oficio de
escribidor, pero como nada en esta vida es perfecto, ahora mismo estoy bajo el
influjo de un gripón que parece pulmonía, aun así, a pesar de que estaba casi
listo para que me internaran en un hospital, me apersoné en el portón de Líder
Informativo porque Lety Luna me reprochó que todos los editores del intercambio
se habían tomado la foto con su “amigo secreto”, así que para darle su abrazo
apretado lleno de virus gripiosos, me fui directito hacia ella para contagiarla, y es que, en ese intercambio famoso al que me
invitó mi comadre Amabely Vázquez de Leos, al que tenía que haber acudido para
comer tamales y champurrado, me tocó regalarle a la talentosa periodista
regiomontana, de la que me hice amigo durante mi breve paso por la sala de redacción
de esta mi casa editorial, y yo, que jamás había vuelto a poner un pie en los
feudos del Líder, sólo por la amistad entrañable que nos une, he regresado a mi
sacrosanto entintado hogar, en fin, que aquí le tengo que cortar a esta última
Guillotina del 2012, las demás ya serán repeticiones, por supuesto que si
ocurre algo que me empuje a comentárselos, no duden ni tantito que me sentaré
ante mi computadora que ya está dando sus últimas patadas de ahogada después de
casi diez años de uso continuo y forzado, antes de finalizar la presente, les
deseo feliz navidad, sobre todo que tengan el ánimo y el humor para celebrar en
compañía de los suyos, ái me guardan tamalitos y champurrado. Ya dije.
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