Antes sí, antes era ajonjolí de todos los moles, pero
conforme he ido envejeciendo, me he vuelto más encerrado, y no, no estoy
amargado, al contrario, he ido viviendo con más soltura, pero tengo que
confesar que más de dos personas reunidas en torno a mí, ya es multitud, no
quiero decir que soy un ermitaño, líbreme Dios de semejante arbitrariedad, lo
que ocurre, es que, le he dedicado más tiempo a las lecturas, ya que, considero
que es la única vía de nutrirme de ideas y de palabras, tampoco quiero
convertirme en un intelectual, que a ese olimpo de las mentes brillantes no
cualquiera puede entrar, se requiere, amén de una ardua preparación, un caudal
de neuronas sembradas desde la gestación embrional, o como decían los antiguos,
lo que non da natura, non lo empresta Salamanca, pero al que Dios le ha negado
todo eso, es a Iñaki Urdangarin, es cierto, que el yerno incomodo de Su Alteza
don Juan Carlos, dio en creer que por ser el esposo de la infanta Cristina, no lo
tocaría pena alguna y que además de los blasones y títulos de la realeza, se le
permitiría hacer y deshacer a la sombra impune de la poderosa familia española,
ahora, por confiarse demasiado en su buena estrella, la fortuna lo ha
abandonado de tal manera, que ya lo quitaron hasta de la página web, o sea, ni
siquiera existe en la historia cotidiana de los Borbón, y para colmo de males,
su socio-cómplice que responde al nombre de Diego Torres ha involucrado a su
suegrito, resulta que, en sus declaraciones juradas al tribunal que lleva su
escandaloso caso, Urdangarin negó que el monarca español haya estado enterado
de sus enjuagues al interior de la Fundación Noos, pero don Diego, ha sacado a
la luz pública correos electrónicos en los que se puede observar claramente que
don Juan Carlos no sólo estaba enterado de las componendas y pillerías del
padre de sus nietos, sino que le cuidaba las espaldas, así que, la bomba ya les
estalló en las manos, y nada de esto hubiese sucedido, pero al juez José Castro,
se le hizo fácil, echarle culpas a Ana María Tejeiro, esposa de Torres y a doña
Cristina de Borbón y Grecia la exoneró de pies a cabeza, siendo que ambas
estaban involucradas como vocales en la mesa directiva de la organización
altruista, pero Torres con índice de fuego, perdonen ustedes, queridos
lectores, pero siempre había querido usar esa frase contundente en alguno de
mis artículos, ha señalado que él como quiera, pero a su mujer no tenían por
qué embarrarla en tan bochornoso asunto, o todos coludos o todos rabones, nada
más para que vean que en todos lados se cuecen habas, y si la parcialidad del
juez se inclinó hacia el lado de la influyente infanta que es la séptima en la sucesión
al trono de España, o sea, si algo le llegara a pasar a don Felipe, me refiero
al príncipe de Asturias, y no, a Gelipe Calderón, o a cualquiera de los hijos
de doña Letizia, a su hermana Elena la fea o a sus vástagos, ella sería coronada
como reina de la península ibérica, significa que la justicia siempre está a
favor de los poderosos, pero con lo que la Casa Real Española no contaban es
que don Diego Torres sería una cadillo en medio de las nalgas, y aunque, es un
súbdito común y corriente, por lo menos, les va a dar muchos dolores de cabeza,
lo que él quiere, es que se le finquen las mismas responsabilidades a la
infanta Cristina que a su esposa, sin embargo el que no saldrá bien librado de
todos los cargos penales que se le imputan es don Iñaki, que de duque de Palma
ahora es un simple mortal como cualquiera, nomás falta que el rey obligue a su
hija a divorciarse de él, pero no por corrupto, que eso sería lo de menos, sino
por imbécil que en teniendo todo para salir adelante y siendo miembro
distinguido de la familia real, se haya dejado atrapar por unos cuantos
millones de euros, en fin, que serán muy de sangre azul, pero eso no impide que
sean unos farsantes rateros que lucran con el dolor ajeno y dada la precariedad
de la economía de su país, eso es una infamia que se paga con la cárcel y con el
desprestigio por los siglos de los siglos, amén.
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