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martes, 22 de enero de 2013

El PRI de Nuevo Laredo tiene un destapado


Gracias a David Dorantes, mi director en jefe, di el salto, bueno, en realidad, fue nomás un brinquito, de la sección Show a la página editorial, supongo, que a muchos de mis compañeros, a unos menos que a otros, les ha de haber parecido un disparate que un sencillo escribidor de historias como éste que teclea y calza, de la noche a la mañana, se haya colocado en el podio de los triunfadores del oficio, no quiero decir con esto, que ya me considero un analista con toda la barba, además de que soy lampiño, me refiero estrictamente al sentido intelectual de la frase, pero a lo que voy, es a que, ahora que he estado asomándome a los trabajos de los analistas de la política, varios de ellos, con suficientes conocimientos para deshacer entuertos y alumbrar con la lámpara votiva de su inmarcesible inteligencia, son como cuchillitos de palo, un día sí y el otro también, se le van directo a la yugular a los funcionarios de todos los niveles, levantando denuncias públicas ante este tema o el otro, pero francamente no veo por donde habrá de mejorar la situación que se vive en todo el país, ni con sus sesudas reflexiones, ni con sus veladas amenazas de que: “la culpa es de los que manejan al país”, han podido detener la catástrofe social que se ha detonado en ríos de pólvora por todo nuestro territorio, y mientras los malosos han convertido a cada pueblo inerme en sus cotos de poder, sangre y violencia, nuestras timoratas autoridades lo único que han hecho es tronarse los dedos y algunos, los más corruptos, sobarse sus ávidas manitas, esperando su parte del jugoso botín, por otra parte, en el globero pueblo, la pasiones políticas están desatadas, ya que, el PRI, a estas alturas del partido, no ha podido elegir a uno de entre los muchos que quieren sentarse en la silla del ayuntamiento, yo los conozco a casi todos, no de que sean mis amigos cercanos o compadres de francachelas, pero en viviendo en una ciudad de diez cuadras de largo y dos de ancho, es inevitable que tengamos noticias de estos personajes que a fuerza de publicarse en todos los medios a su disposición y alcance, sus imágenes son tan familiares que hasta parece que uno los conoce a ellos y a toda su parentela, y en el PAN local, está más que amarrada la candidatura de Carlos Cantú-Rosas Villarreal, hijo del inolvidable líder paisano Carlos Enrique Cantú Rosas, y según las encuestas que se han publicado en algunos medios paleros y lambiscones, el junior del difunto político parmista, aunque todavía no se ha declarado de manera oficial como el abanderado azul, va arriba en las encuestas para situarse como el presunto ganador de la contienda que ni siquiera ha comenzado, no soy muy ducho en estos asuntos de las prospecciones políticas, pero nadie puede dar como ganador a alguien que ni siquiera ha hecho campaña, es como cuando en tiempos autopritarios, los priistas presumían en sus amanerados slogans que ellos podían solos con el paquete, en una democracia muy a la mexicana, en la que, los tricolores ponían e imponían presidentes de la república, gobernadores, alcaldes, líderes sociales y hasta síndicos de colonias alejadas de la mano de Dios, ahora los tiempos que corren, son distintos, no digo, no, que corran aires de libertad y democracia, pero al menos, ya no son tan descarados, cínicos y cabrones como antaño, esperemos a ver qué ocurre en los días siguientes, en los que, se anunciará al candidato del PRI a la alcaldía, dicen que hay varios tapados, pero uno que ya está muy destapado por el dueño del bat y las pelotas, no suelo ser parcial ni acomodaticio, soy de los periodistas, que a pesar de mi avanzada edad, he vivido en el error de no estar inscrito en la nómina del presupuesto, pero si sale electo el que yo creo que va a salir, entonces sí, me lanzaré a las calles para gritar vivas y hacer pintas a su favor, pero si no sale ése que creo, tendré que huir del pueblo que ya no siente lo duro, sino lo tupido, y si es cierto, que la esperanza muere al último, la realidad nos empuja a creer que la esperanza, desde varios años, está en franco estado de descomposición. Ya dije.

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