Nada más eso nos faltaba, que los gachupines, esos que
primero nos chingaron en la conquista, y como penitencia eterna nos heredaron
la religión y las mañas, luego, en época de Franco, el generalísimo caudillo de
España por la gracia de Dios, se nos vinieron en manadas durante la dictadura
franquista, se están poniendo sus moños para que los mexicanos podamos viajar a
España cuando se nos hinchen las ganas, ahora resulta que se requiere una carta
de invitado de parte de un ciudadano español para que un paisano pueda viajar a
la madre patria, la canciller mexicana Patricia Espinosa, ha salido a declarar
que México no piensa a actuar en consecuencia, y si Brasil, desde tiempos de
Lula Da Silva y ahora con su sucesora Dilma Rouseff, Brasil implementó la
operación “Ojo por ojo y diente por diente”, es decir, la ley de reciprocidad,
como me tratas te trato, y los brasileiros exigieron a los peninsulares hasta
la cartilla de vacunación, pero la señora Espinosa, por lo visto no es una
diplomática muy hábil, ya que, por ningún motivo y bajo ninguna circunstancia,
se debe permitir la discriminación y el maltrato hacia nuestros connacionales,
que tengan que viajar a fuerza a España, y ellos han sido los más afectados,
porque los que viajan por hacer turismo, a esos no les importa mucho, y de
seguro viajarán a otro destino con menos requisitos, lo que me parece muy raro,
es que ahora que están en paro como le dicen ellos al desempleo, de qué
chingaos van a vivir, si uno de cada cuatro españoles están sin chamba, como es
que le están dando patadas al pesebre, a menos que esto sea una medida para impedir
que los mexicanos se quieran a vivir a costillas del gobierno o que les quiten
un puesto de trabajo, y a lo mejor, doña
patricia tiene razón al decir: “Este gobierno considera que la apertura hacia
el comercio, hacia el turismo, hacia el flujo de todo tipo de intercambios es
benéfico para todas las sociedades. La relación y el flujo de personas entre
México y España es tan intenso, saludable y productivo para ambos países que
nos parecería inadecuado tomar una determinación que pudiera obstaculizar o
contribuir a disminuir estos flujos entre México y España”, ojalá que
nuestros primos lejanos no le hagan tanto al enmascarado y que se dejen de
tantos requisitos, que se acuerden cuando llegaron a México sus abuelos y
bisabuelos, con una mano adelante y otra, atrás, y de abarroteros jediondos, se
convirtieron en señores empresarios de alto pedorraje, y hasta el gobierno
mexicano tan generoso con los ajenos les dejó tener sus propias escuelas para
no tener que mezclarse con el infelizaje mestizo, en este momento tendría que
echar mano de la expresión de mi tía Melitona, que decía a propósito de los
malagradecidos que muerden la mano que les dio de comer, pero de eso no se
acuerdan, que aquí vinieron todos a refugiarse de la barbarie en su país de
origen, nada más que se imaginen que Tata lázaro les hubiera pedido la carta de
invitación o a ver si traían suficiente dinero para vivir de su propio peculio
o el gobierno tendría que hacerse cargo de todos los gatos, muy al contrario, el
general Cárdenas, el que repartió las tierras de toda la nación y expropió el petróleo,
les abrió las puertas del país de par en par, les otorgó los mejores puestos a
los intelectuales en las universidades, porque ya se sabe que los que escapan
de su muerte, son los contrarios a un régimen, y se supone, que son los seres
pensantes, que son exiliados por su oposición política, en fin, que tampoco
estoy dándoles de pachotadas por interposita persona a los españoles, pero que nos
sean tan quisquillosos con los nuestros, que al cabo, y conste que no es que se
a cabrón, pero ni trabajos tienen, se los está cargando el payaso de hambre,
que los tiempos de jauja se acabaron hace mucho, que van a tener que desamarrar
las longanizas de los perros, porque los tiempos de bonanza se les han acabado
para siempre, a menos de que ocurra un milagro.
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