Ese dicho de: “si lo sabe Dios que lo sepa el mundo” en el
caso de Vatileaks se lo pasaron por el arco espiritual, ya que, el veredicto
supremo del jurado, señalando con índice de fuego al ex mayordomo papal, al que,
después de todas las pruebas en su contra, lo ha encontrado culpable de varios
delitos en un solo acto traidor, nadie ha dicho, con qué aviesos propósitos sustrajo
los documentos, ni los datos contenidos en dichos legajos, Paolo ya está tras
las rejas, pero no es cualquier prisión sino una ergástula en pleno corazón de
El Vaticano, no sé, a lo mejor yo estoy muy chapado a la antigua, pero no dice acaso
el evangelio cristiano que hay que ser humilde y poner la otra mejilla, y es
que, 18 meses se me hace mucho tiempo para un delito de tan poca monta, a menos
que lo que le haya robado entre esos pliegos, sea la revelación de que no eran
tres los secretos que la virgen de Fátima le inoculó como una hostia envenenada
a Lucía la mayor de los niños a los que se les apareció, Paolo Gabriele no ha
hecho ninguna declaración al respecto, supongo, que está a la espera, como
todos los contritos católicos del mundo, de que Su Santidad Benedicto XVl otorgue
el indulto al desleal empleado, por supuesto que debe recibir su justo
merecido, pero si su falta es en contra del reino de los cielos, que le
impongan una dura penitencia para purificar su alma, por cierto, se me había
olvidado comentarles que la clase política anda muy rara, y es que, varios
gargantones integrantes de la élite de las cámaras legislativas, me están
siguiendo en Twitter, a lo mejor, no es que sea exclusivamente a mí persona,
sino que están dando follows (seguir) a los ciudadanos de a pie, miren, por
ejemplo, ayer, me encontré en la columna de Nuevos Seguidores de mi cuenta a
Marcela Guerra senadora de la república por Nuevo León, pero también a varios diputados
y presidentes municipales de extracción priista, será que el partido les ha
dado la orden de que me sigan, y no, no soy tricolor, pero tengo mi esperanza
puesta en este trabuco integrado por un manojito de mentecitas privilegiadas en
cada uno de los rubros de la administración de los dineros públicos para
beneficio de todos, otra de las mujeres que está dando de qué hablar, es la
diputada Layda Sansores que en lugar de ponerse buza en la reforma de la ley
del trabajo, tema fundamental de la actual agenda de las cámaras, se puso a
jugar Diamond Mine en su ipad, o sea, todos los presentes, bueno, no todos, que
ya se sabe, que no son precisamente unas lumbreras a la hora de chambear,
estaban atentos al desenvolvimiento de las actividades propias de su alta
investidura para poder emitir su voto de la tan cacareada ley, pero si doña
Layda no estuvo de lo más acertada, ya que los paparazis legislativos están en
todo, menos en la sesión parlamentaria, Marianita Gómez del Campo como si fuese
una adolescente transgresora de las reglas morales y sociales, se andaba
besuqueando con su novio Eduardo Solórzano en una curul que adaptaron como
butaca de cine para darse sus arrimones, lo que todo mundo se pregunta en
Twitter, es que tiene qué hacer ese hombre en el recinto sagrado de la
república, si se supone que es un edificio blindado contra extraños y
masiosares, conste, queridos lectores, que para ser equitativo, balconeé a tres
mujeres de distinta denominación partidaria; Marcela del PRI, Layda del
Movimiento Ciudadano y a la picarona de Mariana del PAN, lo único que si queda
muy claro, es que, la cuota de féminas en el quehacer político del país, está
muy rala y distraída de sus funciones institucionales, mañana haré una columna
completa con los nombres de todas las damas que están en el candelero, pero eso
será hasta que nos volvamos a encontrar en este espacio de Líder Informativo.
jueves, 25 de octubre de 2012
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