Les quiero advertir a las autoridades del IMSS local, que de
ninguna manera permitiré que se trate de mala manera a los pacientes de la hemodiálisis,
si de por sí, su enfermedad crónica es un verdadero viacrucis, y estos
perversos hijos de su maestro Hipócrates, empezando por las enfermeras
adiposas, que son bien cabronas con los indefensos derechohabientes, pero de
una vez les digo, y si es amenaza, que conmigo se van a topar, se acuerdan,
queridos lectores, que les había comentado que mi hermana Ana Lilia Tovar
Alonso me había dicho que se estaban portando muy atentos y amables con toda la
gente, y eso es cierto de modo general para todos los derechohabientes, pero el
director de la Clínica 76 Dr. Juan de Dios Villegas Leyva y el director del
departamento de nefrología Dr. Saúl Sandoval Guerra se están pasando de infames,
miren ustedes y juzguen, resulta que las huevonas enfermeras exigen a los
pacientitos que tienen que llegar dos horas antes de que les toque su turno, lo
cual me parece un trato diabólico a las personas que dadas sus deterioradas
condiciones orgánicas no se pueden valer por sí mismas, es decir, casi todos
acuden a su sesión purificadora en sillas de ruedas, o sea, eso es como para
mentarles la madre diez veces y en sus carotas, si a tan infelices personitas les
toca a las 7 de la mañana, tienen que llegar a las cinco de la madrugada,
además de que están desahuciados si no se les trasplanta un riñón sano, que no
comen bien porque tienen alimentos restringidos en sus dietas, que no pueden beber
agua, porque no orinan, sumemos que están deprimidos por su desgastante
enfermedad, y todos estos malos empleados, quieren que lleguen con
anterioridad, dizque para que “no pierdan” su turno en la conexión a la máquina,
lo que resulta un atentado criminal de parte de las enfermeras y una amenaza de
muerte para los pacientitos, y es que, pocos de ellos tienen la posibilidad de
que algunos de sus pariente les donen un riñón, así que si no les limpian la
sangre de impurezas y venenosos fluidos, simplemente y sencillamente se mueren,
por si fuera poco el martirio de su insuficiencia renal, estos incompetentes médicos
y las parientes de la heroína Florence, les hacen la vida más difícil con sus
absurdas exigencias, quizás, otorgándole el beneficio de la duda, el director
del departamento de nefrología Dr. Saúl Sandoval Guerra no se ha enterado de lo
que en su ausencia hacen en contra de los pacientes a su cargo sus empleadas
respondonas, para empezar que todas sepan que esa es su obligación, que a ellas
les pagan un salario por la atención que les prestan a los derechohabientes caídos
en desgracia, así que por fuerza tienen que esperar las ocho horas laborales para
poder salir de su encierro, ahora, si nos les gusta su chamba, entonces para
qué chingaos se alquilan para trabajar, no digo, no, que en parte tengan alguna
razón, pero dos horas es mucho tiempo, además para eso hay teléfonos, y en caso
de que alguno de los inscritos en la lista de pacientes hemodializados, no
pudiera llegar a tiempo, que sus familiares les avisen a sus altezas enfermeras,
reinas y dueñas del Seguro, digamos media hora antes y asunto arreglado, lo que
no entiendo es dónde está la Trabajadora Social de los dializados, a qué se
dedicará mientras a los pacientes que tiene que defender de los empleados del Seguro
Social; los maltratan, los sobajan y se solazan al hacerlos padecer, pero que
les quede claro a Villegas Leyva y a Sandoval Guerra que mandaré un oficio a su
director general don José Antonio González Anaya y levantaré una denuncia ante
la Comisión de Derechos Humanos por sus malos tratos a los pacientes, por
supuesto que ellos como directores son los responsables de ese departamento
renal, así que no hay excusa ni pretexto, pónganse a chambear que para eso les
pagamos con nuestras cuotas. Faltaba más, faltaba menos.
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