Una boda de peluche

La Megamarcha del mitotero colectivo #YoSoy132, no fue, sino una cortina de humo, para impedir que los televidentes pudiéramos disfrutar de la boda de Eugenio Derbez y Alessandra Rosaldo, pero no se les hizo, ya que, a pesar de que, los jóvenes estaban gritando consignas en contra de la elección de Enrique Peña Nieto, y que no dejaban pasar a los invitados al enlace matrimonial de la pareja, como quiera, los felices contrayentes, se dieron el sí ante la presencia de más de 700 invitados al evento, que, por cierto, y dicho sea de paso, pagó en su totalidad, la empresa Televisa, que según las malas lenguas, ha resultado la gran ganona en esta contienda electoral, la verdad, es que a mí no me gustó nada la transmisión, estuvo de lo más naca, con decirles que los padrinos fueron Omar Chaparro y su esposa La Mojarrita, iban vestidos con ropa como de “El Cañonazo”, bueno, también es cierto, que la comparsa de los desposados, eran de mírame y no me toques, corrientes hasta darse contra la pared, supongo que el menú de la cena estaba compuesto por cazuelas de guisados del restaurant Arroyo, lugar que es muy socorrido para este tipo de pachangas, no sé, supongo que dados mis orígenes de la crónica social, soy criticón y soy muy fijado, francamente, si me pidieran que calificara la recepción, le daría un cinco de reprobada, ya que, no cuidaron ni un detalle, además, la producción televisiva, era de tres pesos, con decirles, asiduos fans, que los conductores de la gran noche de peluchegala, fueron el gordo Raúl de Molina y Lili Estefan que tiene cara de joto operado, digo, no pudieron elegir a peores presentadores que este par de cubanos exiliados en Miami, que tienen voz de guaracha, conste que yo soy un cubanofilo, es de decir, que me encanta la cultura isleña, pero estoy seguro de que si Raúl Velasco viviera, se volvería a morir del coraje, o sea, como si en nuestro país no hubiera buenos locutores, la verdad, es que viendo a estos buenos para nada del gordo y la flaca, no tanto como que extrañe al popular animador mexicano, porque allá está bien en dónde está, pero este hombre si qué sabía producir excelentes shows, lo peor de todo, es que, se alcanzaban a escuchar la gritería de los chamacos, que de seguro son NiNis, que Ni estudian, Ni Trabajan y se la pasan nomás de baquetones, por cierto, el tan cacareado programa de la Familia Peluche, fue un verdadero petardo, es lo mismo de siempre, las mismas pendejadas, los diálogos absurdos, los chistes pesados, la escenografía como del teatro de Cachirulo, las actuaciones malísimas, bueno, con decirles, que el único que se salva de la quema, es el encargado de la utilería, porque con eso de la modernidad, ya no usan ni camarógrafos como antes, en fin, que por andar de mamón haciéndose el interesante, Eugenio ha perdido el encanto que le gustaba a sus seguidores, conste que a mi nunca se me ha hecho buen cómico, que estando en el internet, las películas de Cantinflas y de Tintan, no soy tan torpe como para sentarme a ver la programación de Televisa, que cada día, se está especializando en hacer puro mugrero, antes de finalizar la presente Guillotina, les quiero avisar, que al ticher López Dóriga, le reventaron su cuenta de Twitter, no se sabe si va a regresa, pero si acaso se le ocurre tan temeraria idea, los tuiteros le han preparado una sorpresa para darle el recibimiento que se merece, y es que, en la red social de moda, todos los famosos, o los que se consideran indispensable en la vida pública de nuestro país, tienen que estar por fuerza, ya que, quienes no estén en los tuits de la gente, simplemente no existen, de hecho, en ese mundillo electrónico, se suben las exclusivas noticias antes que en ningún otro sitio, los periódicos y los telediarios solamente repiten ecos incesantes de lo que ahí se divulga. Les seguiré informando.