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jueves, 4 de junio de 2015

Reflexionando en el cerro

A donde quiera que voy, llevo siempre conmigo todo lo que soy, en mis palabras  resuenan las voces de mis antepasados, orgulloso estoy de la decencia de mi origen, de la honestidad de mi procedencia, atesoro la sangre que me circula a sabiendas de que mis padres nunca actuaron de mala fe con persona alguna, por esa razón, camino con la frente muy alta  ante el que me quiera mirar, y ahora que he estado rodeado de gente sencilla, me he acordado de mi propia gente, y entre ellos he regresado a los años de antes,  en los que era feliz con lo poco que tenia, gozando del presente sin temores y sin pensar en el futuro a largo plazo,  el tiempo sin prisas pero sin pausas,  ayer, me quedó pendiente el relato de la subida al cerro en san Luis Potosi,  y pues que nos vamos todos en bola para emprender una aventura,  y miren que yo no soy mucho de andar caminando, pero me animé ante la idea de subir a la cúspide del cerro por el.solo hecho de decir que todavía soplo,  les juro, queridos lectores,  que desde que caminé los primeros doscientos metros, ya me había arrepentido,  pero nunca me quejé, y eso que traía cadillos hasta en medio de las nalgas, además , si nunca me había subido ni a un ladrillo, ya era hora de que lo hiciera,  en esa trepada, descubrí que Machado tenia razón en eso de que se hace camino al andar,  abri brechas y descubrí nuevas plantas como si hubiese sido.un ectoplasma del Barón de Humboldt, nada más me faltó dibujar cada especie descubierta ante el pasmo y el asombro de mis deslumbrantes ojos árabes, hubo un momento en que dije para mis adentros en una reflexión profunda.... que chingada madre estoy haciendo aquí, con este.viaje me dí cuenta que nunca es tarde para casi nada,  que estar en la cúspide de un cerro  eran de las pocas cosas que me faltaban por hacer,  no me siento un Prometeo moderno,  no quiero robarle el fuego a los dioses y no tengo más alas que las que me permiten volar con la imaginación, pero me agradó el viaje,  sentí que todavía puedo lograr lo que me proponga,  que hay un tiempo para todo y que todavía soy parte de este tiempo en el que estamos viviendo presos del frenesí de lo que nadie quiere aceptar, que somos antihéroes de nuestra propia realidad,  que boicoteamos nuestros sueños y no nos permitimos ninguna libertad de ser lo que nos hace felices,  vivimos como autómatas inmersos en una sociedad voluble que critica,  coarta y asesina,  que las pandemias que nos aquejan son visibles a todos, que la inmoralidad es una moneda de curso corriente, que no nos permite avanzar como humanidad y que la corrupción masiva de nuestra clase política es una enfermedad venérea del alma que nos agobia a todos y no nos deja vivir. Ya dije. 

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